Nos comparte: Luis Andrés Castro Palmer (13 años).– A dos horas de la ciudad de Chiclayo, en el distrito de Oyotún, se encuentran, escondidas tras un bosque único, las siete cataratas de Higuerón- Macuaco, verdaderas maravillas del norte peruano.
Los bosques que rodean la ruta a las cataratas son un espectáculo de por sí mismos. Al llegar a la entrada (donde se puede consultar a un guía) el paraje se asemeja a un bosque seco.
Sin embargo, al acercarse a las cataratas, el cambio en la flora y fauna es notable: aves canoras, bromelias o “tuyos” crecen en las copas de los árboles, mientras los higuerones brindan sombra al caminante.
La primera catarata se encuentra a 15 minutos de la entrada, por un camino moderadamente empinado.
CATARATAS, FUENTES DE VIDA
El recorrido a las cataratas restantes aumenta en dificultad a medida que se asciende, por lo que se requiere experiencia y precaución. Este, sin embargo, permite al caminante observar las especies que conforman la flora y fauna del bosque: mariposas, aves y sobre todo plantas, que proveen verdor al trecho.
La caminata incluye incluso una sección de escalado con soga, ideal para el deporte de aventura. Esta sección también presenta al visitante la exuberante flora del lugar, desde los ya mencionados “tuyos”, hasta hermosas flores y helechos de espectacular colorido.
Al llegar el visitante a la cuarta y quinta catarata, apreciará las “tinajas” pozas de hasta 4 metros de profundidad, donde se puede practicar la natación. Mesetas de piedra a sus alrededores proveen un espacio para el reposo.
De entre todas las cataratas, la séptima es la que ofrece el mayor espectáculo; es también la más alta.
La parte alta provee al visitante una vista del valle y las montañas a su alrededor, una suerte de selva, preservada por las comunidades aledañas.
Este bosque maravilloso es resguardado por las comunidades campesinas de Macuaco y El Ocho, de las cuales guías locales atienden al turista y le dirigen por estos caminos.
Macuaco y sus cataratas son un lugar que vale la pena conocer, un paraíso en miniatura que les espera.