Cultura
Publicado el Domingo, 09 de Febrero del 2020

La Marinera, sesenta años de festival

Soberana de las festividades en todos los rincones de nuestra patria, quién no se ha dejado llevar por su ritmo que contagia

Cuando don Abelardo Manuel Gamarra Rondó, apodado “El Tunante”, decidió con una intensa reverberación patriótica, bautizarla como Marinera, no imaginó la magnitud que llegaría a alcanzar dicha nominación para nuestra cultura nacional.

Daniel Suárez Díaz sostiene que la Marinera se constituye en la expresión artística que mejor define nuestra identidad. Hablar de la Marinera es no solo manifestar con entusiasmo el carácter festivo de la peruanidad. Es también adentrarse en una cátedra sobre el proceso de adquisición de la identidad que fortalece nuestro espíritu ciudadano.

Siendo el baile tradicional que nos define como peruanos, se ha posesionado en la historia cultural de nuestro pueblo de manera tan arraigada, que casi todos, desde la primera infancia empiezan a aprenderlo y practicarlo con particular misticismo y alegría.

Sus orígenes son muy remotos e imprecisos por lo que no existe aún la biografía completa y definitiva de este baile. Sin embargo, podemos mencionar como un hito de su historia, la contundente definición de Don Abelardo Gamarra quien nos señala: “Hasta el año 1879, era más generalizado llamarlo chilena; fuimos nosotros los que creímos impropio mantener en boca del pueblo semejante título y sin acuerdo de ningún Consejo de Ministros, decidimos sustituir el nombre de chilena por el de Marinera”.

Soberana de las festividades en todos los rincones de nuestra patria, siempre ha prevalecido por sus rítmicos despliegues de fino señorío, su contagiante salero y el desafío romántico de una pareja que despliega donosura, prestancia y apasionada algarabía al desplazarse en cualquiera sea el escenario.

Adornada de aplausos, su arte se enaltece con el pañueleo, el cojeo, la media luna, el coqueteo, la escapada de la dama invitando al varón a perseguirla, en un acoplamiento delicioso de ritmo y algarabía, pero el clímax intenso que hace disfrutar más al espectador es el zapateo en sus diversas formas: cepillado, taconeo, punta talón, etc. para terminar luego de una artística vuelta, en un careo pleno de romanticismo y felicidad.

Festival de la Marinera de Trujillo

Existen muchos festivales a lo largo del territorio que hacen cada vez más fecunda y rica la expresión de nuestro baile tradicional, pero el más reconocido, también ahora a nivel internacional, es el Festival de la Marinera de Trujillo que en este año cumple 60 exitosas realizaciones y también su décima versión como Concurso Mundial de Marinera. Este año, el Club Libertad de Trujillo como incansable organizador, incluye la Fiesta del Perol, el Gran Corso y la espectacular competencia que cada versión concentra la expectativa general.

Para Suárez Díaz la Marinera no solo se ha posesionado en nuestra consciencia como parte fundamental de nuestra peruanidad, no tan solo como un espectáculo que fructifica el espíritu y nos nutre el alma al disfrutar de su agradable contemplación y práctica, sino que es muy importante también para nuestro desarrollo psíquico y nuestro equilibrio emocional.

Practicar Marinera genera en nuestro organismo físico interno la producción de endorfinas, hormonas que se encargan de estimular el ánimo de las personas, la alegría y el mejoramiento del estado emocional. Asimismo, nuestro baile nacional, promueve la socialización y las buenas relaciones entre los practicantes, desarrollando la empatía y la integración personal y grupal, herramientas de comunicación positiva tan necesarias en estos tiempos de resquebrajamientos y de actitudes disfuncionales.

 

Suscríbete a La Industria

Disfruta de nuestro contenido a diario