Es una botella de cristal vieja, que apareció en una caseta de ladrillos en el condado de York (Virginia, Estados Unidos). Parecía basura a primera vista, pero el lugar y su contenido han terminado por convertirla en un interesante hallazgo arqueológico.

El hallazgo, realizado por los investigadores Oliver Mueller-Heubach y Robert Hunter, del Centro William Mary de Investigación Arqueológica (WMCAR), ha concluido que este recipiente es una “botella de bruja”.

Joe Jones, director del WMCAR, explicó en un comunicado que estas botellas servían como una especie de talismán para alejar a los espíritus malignos. Una persona afectada enterraría la botella llena de uñas debajo o cerca de su hogar, con la idea de que el calor del hogar “energizaría” las uñas para romper el hechizo de una bruja.

Se trata de un talismán bastante común en Gran Bretaña, donde se han documentado casi 200, pero más extraño en Estados Unidos. “Realmente es una cápsula del tiempo que representa la experiencia de las tropas de la Guerra de Secesión, una ventana directamente a lo que estos muchachos estaban pasando ocupando esta fortificación en este periodo de tiempo”, celebró Jones.

“Dada la amenaza percibida de un ataque confederado y la hostilidad general de los residentes locales, (cualquier soldado de la Unión) tenía buenas razones para detenerse y confiar en las tradiciones populares de su comunidad en Pensilvania para ayudar a proteger su hogar temporal lejos del hogar”, zanjó Jones.