El Archivo Regional de Lambayeque, a pesar de resguardar el patrimonio documental de la región, desde la época de la Colonia, ha sido relegado por los diferentes Gobiernos de turno. Hoy está muy abandonado, no solo por el bajo presupuesto, también por la falta de ambientes y personal especializado.

 

Desde su creación un 27 de agosto de 1984, el Archivo Regional parece estar castigado a la indiferencia de los gobernantes de turno. Y es que con solo ingresar a su local es fácil darse cuenta que es una de las dependencias que poco interesa a las autoridades.

 

Basura y desmonte rodean los ambientes de este repositorio de la memoria regional, pero además, su acceso no cuenta con rampas ni con espacios verdes, solo tierra que agudiza aun más el estado del material almacenado en este archivo.

 

“La verdad, yo siento mucho que las autoridades no se preocupen por velar por este patrimonio documental que en algún momento lo van a necesitar”, cuestiona Ada Lluén Juárez, jefa del Archivo Regional de Lambayeque.

 

Y es que en este archivo se almacenan escrituras públicas, libros de registros civiles y testamentos. “Entonces, en algún momento, sino son ellos, serán sus hijos o nietos (de las autoridades) quienes lo van a necesitar”.

 

“Si no guardamos la información, qué podemos tener nosotros de memoria”, reflexiona Ada Lluén. Y es que el objetivo de este espacio ha sido custodiar la documentación que se ha venido rescatando a lo largo de los años y siglos.

 

Aquí por ejemplo, hay información valiosísima que data de la época Colonial, una de las más antiguas es de los años 1600, que es precisamente material de un notario.

 

“Nosotros custodiamos toda la documentación de los notarios que fallecen, de instituciones cuyos documentos supera los 30 años, de familias que tienen documentos que superan los 100 años y que conforman el patrimonio cultural de la nación”.

 

Un problema que tratan de superar en el Archivo Regional, señala Ada Lluén, es la falta de personal especializado. Se tiene solamente nueve personas, y es que varios han cesado ya en sus labores y no se ha reemplazado esas plazas.

 

“Que no se abastecen para poder atender tres áreas que son: administrativa, archivo histórico con documentos coloniales y el área de archivo intermedio, con documentos modernos que prácticamente es más del 50%, donde están las escrituras públicas de los notarios. También los expedientes de la exmutual Chiclayo y Enace”.

 

Actualmente, el archivo regional tiene tres ambientes, pero aunque parezca increíble, en los tres hay documentación histórica que es almacenada incluso, en el área administrativa. No es raro ver al personal rodeado de anaqueles y sin espacio para movilizarse o realizar sus actividades.

 

“Solicito la construcción de un ambiente y dotarnos de espacios para el archivo”, pide Ada Lluén, quien recuerda que incluso las autoridades de la gestión anterior, que dirigía Humberto Acuña Peralta, les despojaron de un área que hoy ocupa la vicegobernación.

 

Para el presente año, el archivo regional solo ha recibido un presupuesto de S/ 330, 342 que como en casi todas las dependencias está dirigido a pago de personal.

 

“La infraestructura es pésima. Son 35 años en los que venimos luchando por la construcción de un nuevo edificio. Tenemos un proyecto que se lo presentamos a las autoridades. Tenemos plazo hasta el 2020 a fin de que puedan elevarlo al MEF para que pueda incluirlo”, señala la jefa del archivo.

 

Se requiere un nuevo edificio que cuente con un repositorio para guardar la documentación histórica notarial, judicial y administrativa. Un ambiente de procesamientos técnicos, porque tienen que clasificarse, ordenarse y elaborar inventarios. También una sala de fotocopiado, restauración, conservación de documentos. Y auditorio para capacitaciones internas como externas. Sala de atención al usuario, de exposiciones y por supuesto, todas las oficinas administrativas.

 

Ante la falta de espacios, se ha tenido que suspender algunas transferencias de material de dos notarios fallecidos. Pero se ha firmado un acuerdo con el Colegio de Notarios para que lo tengan en custodia.

 

Asimismo, el material que aquí se alberga corre mucho riesgo y es que ante la escasez de una buena ventilación, humedad y salitre están expuestos al deterioro constante.

 

“En un par de años (puede perderse la documentación). Porque la documentación puede durar miles de años, pero con ambientes seguros. Estos no son apropiados porque no hay ventilación, no hay control de temperatura de humedad”.

 

“Ahora que tenemos a estas actuales autoridades yo les invocaría a que nos visiten y que conozcan in situ la realidad” finaliza Ada Lluén.