Cultura
Publicado el Lunes, 16 de Diciembre del 2019

Las obras de arte más buscadas de la Historia

El pasado 25 de noviembre unos ladrones sustrajeron impresionantes joyas de diamantes, rubíes y esmeraldas del siglo XVIII, de incalculable valor, de la Bóveda Verde, cámara del tesoro del Palacio Real de Dresde (Alemania). Algunas de las joyas robadas aparecen en un cartel distribuido por Interpol en países de todo el mundo por si alguien tiene noticias de su paradero. Dos veces al año (cada mes de junio y de diciembre), la Organización Internacional de Policía Criminal publica las obras de arte más buscadas. En el cartel del pasado mes de junio aparecen un ícono griego, una estela, un violín, una pintura de Renoir y otra atribuida a Miguel Ángel...explica el ABC que repasa los grandes tesoros que aún siguen en paradero desconocido.
 
Solo unos días después del robo en Dresde, también en Alemania, esta vez en el Museo de la Stasi en Berlín, unos ladrones se llevaron joyas y medallas del Museo de la Stasi de Berlín. Pero no todo han sido malas noticias en este final de 2019. Hace tan solo unos días saltaba la noticia de que había aparecido uno de los cuadros más buscados del mundo. “Retrato de una dama”, obra maestra de Gustav Klimt que desapareció hace 22 años en la Galería de Arte Moderno Ricci Oddi de Piacenza. Valorado en unos 60 millones de euros, fue encontrado fortuitamente en el jardín de la galería por unos trabajadores. Se hallaba en una bolsa de basura, dentro de una cavidad protegida por una puerta de chapa. ¿Ha estado ahí todos estos años? Un misterio aún sin resolver.
 
A lo largo de la Historia han sido numerosos los robos de grandes obras de arte. El más célebre, el de “La Gioconda”. El 21 de agosto de 1911, los guardias de seguridad del Louvre se dieron cuenta de que “La Gioconda”, de Leonardo, no colgaba en el Salon Carré. Solo estaba el hueco vacío en la pared y los clavos que sujetaban el cuadro. Aquel día murió un cuadro y nació un ícono universal. ¿Quién había “secuestrado” a la Mona Lisa? Hubo teorías para todos los gustos: un rico magnate (se puso hasta un nombre, J. P. Morgan), un fanático enamorado del retrato... Fueron detenidos Apollinaire y hasta el mismísimo Picasso. Largas colas desfilaban por el Louvre para ver el trozo de pared donde antes colgaba el cuadro. Pasaron dos años. Pero, cuando ya nadie albergaba esperanzas, saltó la sorpresa. Un anticuario de Florencia, Alfredo Geri, recibió en 1913 una carta firmada por “Leonardo”. En ella le comunicaba que tenía en su poder “La Gioconda” y que quería devolverla a Italia. “Leonardo” resultó ser Vincenzo Peruggia, un pintor y decorador italiano de 30 años que había trabajado en el Louvre. La Mona Lisa había estado durante dos años a escasos tres kilómetros del Louvre, encerrada en un armario, cerca de la cocina en la casa de Peruggia. Éste fue condenado a tres años de cárcel, pero apenas estuvo doce meses.
 
MUSEO VAN GOGH
Otros robos mediáticos, como los ocurridos en el Museo Van Gogh de Ámsterdam (en 1991 robaron 20 obras y en 2002 dos cuadros), en el Museo Munch de Oslo (los ladrones se llevaron en 2004 una de las versiones de “El Grito” y una “Madonna”); en el Museo Bührle de Zúrich (en 2008 fueron robadas cuatro obras maestras de Monet, Degas, Cézanne y Van Gogh, valoradas en más de 110 millones de euros) o en el castillo escocés de Drumlanrig (en 2003 fue robada “La Virgen del huso”, de Leonardo, valorada en 55 millones de euros, siendo una de las obras más buscadas por el FBI), tuvieron un final feliz. Pero no siempre es así. Estas son algunas de las obras de arte más célebres que siguen aún en paradero desconocido.
 
Una de ellas es un panel del políptico de la “Adoración del Cordero Místico” de la Catedral de San Bavón de Gante. El próximo martes se presentan los resultados de la segunda fase de la restauración de esta obra maestra de los hermanos Hubert y Jan Van Eyck. El 11 de abril de 1934 se descubrió que dos paneles, “Los jueces justos” y “San Juan Bautista”, habían sido robados. Los ladrones habían dejado una nota en el marco vacío del retablo, escrita en francés: “Arrebatado de Alemania por el Tratado de Versalles”. Durante las siguientes semanas el obispo de Gante recibió cartas de extorsión en las que el remitente (firmaba D.U.A.) exigía un rescate de un millón de francos belgas. Como prueba de que las tenía en su poder, dio una dirección a la policía: el guardaequipaje de la estación de Bruselas Norte. Allí había un paquete con el panel de “San Juan Bautista”. Las negociaciones con el ladrón no llegaron a buen puerto y el panel de “Los jueces justos” nunca se recuperó. Hoy luce en su lugar una copia, realizada por Jef Vanderveken.
 
CÉLEBRE ROBO
Un agente de bolsa confesó a su abogado antes de morir que fue el autor del célebre robo. Se hallaron en su casa los carbones con los que escribió las cartas y tres llaves: una de la catedral de San Bavón, otra de la consigna de la estación de tren de Gante y una última que nunca se supo a qué cerradura pertenecía. En 2014 la fiscalía de Gante decidió reabrir la investigación sobre el robo de esta obra. Se ha especulado con que una importante familia de Gante podría tenerla en su poder. La ciudad belga nunca ha perdido la esperanza de que algún día aparezca y el políptico (a lo largo de seis siglos fue cortado por la mitad, emparedado en una casa durante la I Guerra Mundial, casi destrozado por la dinamita, robado varias veces, objeto de contrabando, anhelado por Napoleón y por Hitler...) esté al fin completo.
 
MÁS MISTERIOSO
Otro de los robos más misteriosos de la Historia es el de la “Natividad”, de Caravaggio. En la madrugada del 17 al 18 de octubre de 1969 la Cosa Nostra robó en el oratorio de la iglesia de San Lorenzo de Palermo (Sicilia) la “Natividad”, de Caravaggio, uno de los grandes maestros de la Historia del Arte. Al parecer, el robo fue encargado por Stefano Bontade y Gaetano Baladamenti, capos de la organización mafiosa. Durante años ha habido teorías de todo tipo sobre cuál ha sido su destino: unos creen que la obra fue quemada o acabó como pasto de cerdos y ratones, otros dicen que estuvo presidiendo las reuniones de la Cosa Nostra y los hay que piensan que fue cortada en seis u ocho fragmentos para poder sacarla a la venta con más facilidad en el mercado negro.
 
Un mafioso arrepentido, Gaetano Grado, contó que el cuadro acabó en Suiza, aunque otras teorías apuntan a Europa del Este como destino final. De momento, un clon del cuadro, realizado por Factum Arte, ocupa desde diciembre de 2015 el lugar donde antaño colgaba la obra original de Caravaggio. Pero, por muy fiel que sea la copia, nada podrá asemejarse a las geniales pinceladas del artista.
 
En 1903 la coleccionista norteamericana Isabella Stewart Gardner inauguró en Boston un museo con su impresionante colección de arte. Colección que se vio mermada el 18 de marzo de 1990 con el robo de trece obras, incluidos algunos de sus tesoros, como “El concierto”, de Vermeer (un artista de culto del que apenas se conserva una treintena de cuadros); varios Rembrandt (“La tormenta del mar de Galilea”, única marina conocida del artista, “Dama y caballero en negro”...); ”Chez Tortoni”, de Manet; varios dibujos de Degas... Es el mayor robo de arte en la Historia de Estados Unidos. Las obras están valoradas en unos 500 millones de dólares. Los dos ladrones entraron en el museo disfrazados de policías, simulando que habían acudido tras una llamada de emergencia.
 
Se ha especulado con que estuvieran detrás del robo algunos mafiosos (se barajaron nombres como Robert Guarente y Robert Gentile) e incluso el IRA (una teoría del célebre cazatesoros Arthur Brand). Primero se ofreció un millón de dólares de recompensa a quien ofreciera información sobre el paradero de las obras. Con los años pasó a cinco y, desde 2017, son diez millones. Las obras fueron trasladadas a Connecticut y a Filadelfia, pero su paradero sigue siendo un misterio. La investigación sigue abierta.
 
Si aquél fue el mayor robo en la Historia en Estados Unidos, el ocurrido la madrugada del 20 de mayo de 2010 en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París lo fue en Europa. Un hombre encapuchado entró por la ventana, sin que funcionaran las alarmas, ni los detectores de movimiento, ni se percataran los tres guardias de seguridad. Nada funcionó aquella noche. El ladrón se hizo con cinco de las joyas de la pinacoteca: “Le pigeon aux petits pois”, un Picasso cubista; “La pastorale”, de Matisse; “L’olivier près de l’Estaque”, de Braque; “La femme à l’éventail”, de Modigliani, y “Nature morte aux chandeliers”, de Léger. Según Interpol, las obras robadas están valoradas en casi 500 millones de euros, aunque la alcaldía de la capital francesa redujo la cifra a cien millones. Hasta las siete de la mañana del día siguiente no fueron descubiertos los hechos.
 

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