Se trata del mayor robo de arte de la historia de la posguerra en Alemania. Los ladrones se han llevado tres conjuntos de joyas que estaban expuestas en la Bóveda Verde del Residenzschloss de Dresde.
Minutos antes de las cinco de la madrugada del lunes, los ladrones incendiaron un transformador de electricidad situado junto al Puente de Augusto de Dresde, a varias manzanas del museo. Aunque el sistema de seguridad del museo siguió funcionando gracias a los generadores de emergencia, la iluminación de las farolas de alumbrado público de la calle quedó interrumpida, por lo que la oscuridad impidió que las cámaras de vigilancia captasen cómo varias personas entraban por una ventana del Residenzschloss. A las 4:59, dos ladrones aparecieron en las cámaras internas de seguridad de la Bóveda Verde del palacio y los vigilantes en el centro de control actuaron según el protocolo, que ordena no intervenir, sino avisar a la Policía. La primera patrulla llegó a las 5:04. Verificaron brevemente la situación y en solo dos minutos los agentes armados habían entrado en la Bóveda Verde, que estaba ya vacía. A las 5:05 el ruido de un motor acelerando advierte que un coche huye en el exterior. A las 5:09 los 16 coches patrulla de la ciudad de Dresde peinan la ciudad en busca de un Audi, pero ya es tarde.