La restauración de “La Piedad” de Miguel Ángel se convierte en un llamativo acontecimiento en Florencia, al ser visible al público esa intervención que concluirá en el próximo verano. La historia de esta excepcional obra maestra, conocida también como “Deposición de Cristo” o “Piedad Bandini”, es digna de una novela. El grupo escultórico, de 226 centímetros de altura, fue esculpido en un enorme bloque de mármol de Carrara, entre 1547 y el 1555, cuando Michelangelo Buonarroti (1475-1564) era ya anciano. Pero esta “Piedad de Florencia”, conservada en la catedral florentina, además de no ser nunca acabada, corrió el riesgo de desaparecer para siempre porque en un momento de angustia el artista intentó destruirla y dañó algunas partes.
La Piedad de Florencia es una de las tres que realizó el genio del Renacimiento. La primera, la que se conserva en la basílica de San Pedro, la esculpió Miguel Ángel en su juventud, en 1496. La última, la Piedad de Rondanini, conservada en el museo del Castillo Sforzesco de Milán, está considerada como la última obra esculpida por Miguel Ángel. Trabajó en ella hasta seis días antes de su muerte. A diferencia de esas dos, en la Piedad Bandini el cuerpo de Cristo está sostenido no solo por la Virgen María, sino también por Magdalena y por el anciano Nicodemo, representado con la cara del propio Miguel Ángel.