Vuelve a maravillar Pompeya al inaugurarse nuevas excavaciones. Se reabrió el lunes la Vía del Vesubio, al concluir las operaciones para asegurar las excavaciones que se desarrollan a lo largo de tres kilómetros, bordeando el área que falta por descubrir de la antigua ciudad romana, que la erupción del Vesubio destruyó en el 79 d.C. La superficie de Pompeya era de 66 hectáreas y desde la mitad del siglo XVIII hasta hoy se han sacado ya a la luz dos terceras partes de este gran parque arqueológico. Por tanto, aún queda por descubrir un tercio de la Pompeya escondida.
La escena, llena de sensualidad, representa el encuentro entre Júpiter, transformado en cisne, y Leda, mujer de Tíndaro, rey de Esparta. Toda la habitación tiene refinadas decoraciones florales, cupidos, y escenas de luchas de animales. Los adornos se extendían hasta el techo, que se hundió por el peso de los lapilli, pero han sido recuperados preciosos fragmentos. Se ha restaurado también parte del atrio de la residencia, con las paredes pintadas de vivos colores. En una de ellas aparece el fresco de Narciso, mirándose en el agua, absorto por su propia imagen, según la iconografía clásica.
Por primera vez también es accesible tras la restauración el complejo las Termas centrales. En uno de los espacios de entrada a ellas se ha expuesto el calco del esqueleto de una víctima de la erupción, un niño de unos 7-8 años, que fue descubierto en las excavaciones del siglo XIX –entonces se realizó el calco– y ahora ha podido ser recuperado. En el momento de la erupción, la construcción de este complejo no se había ultimado, pero su monumentalidad queda reflejada en una fachada.
Excepcional es igualmente la apertura al público de la Casa de los Cupidos Dorados. Es una de las más elegantes de la edad imperial. Debe su nombre a los cupidos grabados en dos medallones de oro que adornan un pequeño cubículo en el porche. La casa está edificada alrededor de un escenográfico peristilo rodeado de columnas, que daba un aire de sacralidad a las habitaciones que se asomaban al patio. Entre esas salas estaban el gran salón de representación, con preciosas pinturas que representaban escenas mitológicas y un pavimento de mosaico con un rosetón central, según la moda de la época de Augusto. En la casa se han encontrado objetos del culto a la diosa Isis.
Aprovechando la apertura de estos nuevos tesoros al público, se ha presentado el libro del director del Parque Arqueológico, Massimo Osanna: “Pompei. Il tempo ritrovato. Le nuove scoperte”. (“Pompeya. El Tiempo reencontrado. Los nuevos descubrimientos”). Un libro de gran interés, porque el profesor Osanna ha sido, desde el 2014, la máxima autoridad del parque y conoce como pocos Pompeya.