Cultura
Publicado el Martes, 29 de Octubre del 2019

La escuelita artesanal de doña Inés

Fomenta la continuidad y el rescate de los conocimientos ancestrales del distrito de Ciudad Eten

 En la denominada Capital del Sombrero, conocida además como la tierra del sombrero más grande del mundo, un total de 10 niños, estudiantes del quinto grado “B” de la institución educativa “Divino Niño del Milagro”-11027 del distrito lambayecano de Ciudad Eten; acuden cada mañana, en sus horas libres de actividades escolares, a la vivienda de la artesana de paja palma macora Inés Neciosup; donde muy entusiasmados con aguja punta roma y la paja palma macora en mano, hacen gala de su creatividad al elaborar hermosas y artísticas artesanías en miniatura, bajo la dirección y guía de dicha maestra.

Ciudad Eten, es conocida por la calidad y habilidad en la confección de sombreros de paja palma; el alemán Middendorf hace un retrato de esta ancestral actividad laboral de este encantador y misterioso pueblo mochica: “… al ir por las calles, se ve en el interior de las casas, que tienen las puertas abiertas, a tejedores de toda edad que están sentados en el suelo en plena labor. Mientras trabajan conversan y apenas ponen atención a sus dedos, y las hebras de paja se desplazan, como manejadas por numerosas agujas”.

Esta escuelita (taller de niños) fomenta la continuidad y el rescate de los conocimientos ancestrales, siendo una forma de rescatar la identidad cultural, “sin proponérselo la maestra artesana Inés Neciosup, está promoviendo y cultivando el amor de estos niños y niñas a mantener viva nuestra cultura, sobre todo la cultura ancestral de los pueblos mochicas lambayecanos”.

La maestra artesana Inés Neciosup, manifiesta muy entusiasmada que “es una bendición” el hecho de que los niños aprenden el arte ancestral del tejido de sombrero y de la elaboración de la artesanía en paja palma macora y de que se transmita los conocimientos de dicho arte, que es la herencia cultural de sus ancestros que le han legado a través de las generaciones.

Los niños artesanos elaboran monederos con diseños de flores, canastas, floreros, entre otras obras de arte, alguno de ellos, indica: “me gusta trabajar el junco y elaborar artesanía con diseños que doña Inés nos enseña”. Entre risas dice: “Ya vendí varios monederos de junco”, y es que efectivamente, independientemente de mantener estas técnicas ancestrales, puede servir como una fuente de ingreso para estos niños que le permitan adquirir algunos útiles escolares.

Así como en la escuela, estos niños reescriben en cada fibra la historia, niños herederos del arte ancestral de nuestra cultura.

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