Cultura
Publicado el Lunes, 30 de Septiembre del 2019

Mafalda cumple los 55 odiando la sopa

Quino y Mafalda, su obra más reconocida.

 Odia la sopa. Está indignada porque al Pájaro Loco todavía no le dieron el Premio Oscar. Piensa que un depravado inventó la sopa y un degenerado, la cuchara. Le gustan Los Beatles, la cultura hippie y los libros. Piensa que la sopa es –o debería ser– una mala palabra. Es preguntona, perspicaz, graciosa y rapidísima, sensible, incisiva. Considera que la sopa es un brebaje espantoso, una porquería inmunda, y se entiende porque ese plato era una superstición “para crecer” de la generación anterior a la suya. Su papá es oficinista, su mamá es ama de casa y tiene un hermanito que se llama Guille. Igual que su tortuga Burocracia, padece “sopofobia”. Sus amigos son Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y Libertad, con quienes juega a la bomba atómica, si acaso no tienen tiempo para jugar a algo más largo. Mafalda, a la que le gusta escuchar noticieros en la radio y, de ser necesario, pedir muletas para el ánimo, detesta la sopa.

Este domingo, Mafalda, la niña rebelde que, además de odiar la sopa al punto de descomponerse en la playa luego de imaginar que el mar es un gran plato de ese alimento, quiere ser intérprete de la ONU y proclamar la paz mundial, cumplió 55 años. Y como proclamó en más de una ocasión su creador, Quino, si las tiras cómicas todavía siguen vigentes, es porque “lamentablemente”, el mundo no ha cambiado demasiado. Inflación, la jubilación, China, el feminismo y el vegetarianismo, política: Mafalda, la historieta argentina más universal y globalizada, aún tiene razón en (casi) todo.

Tanto Quino como Mafalda se inscriben en una tradición fulgurante de la historieta argentina, una de las más importantes a nivel mundial y la más destacada de Latinoamérica. Traducida a una veintena de idiomas –entre los últimos, al guaraní, el hebreo y el armenio–, con una cuidada versión en Braille (disponible de forma gratuita en todas las bibliotecas públicas del país), y una película animada en 1982, Mafalda, la nena de abundante melena negra con corte “carré”, que fue publicada por primera vez el 29 de septiembre de 1964 en la revista Primera Plana, tiene en su origen un fundamento comercial.

Un año antes, a Quino le encargan una serie de tiras cómicas en las que se vea representada una “familia tipo”, con un vínculo explícito con los electrodomésticos. Como condición, todos los personajes deben llevar nombres que comiencen con la letra M.

 

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