Cultura
Publicado el Jueves, 19 de Septiembre del 2019

La puesta en valor del arte nativo y ancestral de Chazuta

Este distrito de San Martín sobresale por su cerámica tradicional con un alto nivel de perfección y detalle
Chazuta es el epicentro del arte de la región San Martín, sus cerámicas atesoran una extraordinaria iconografía cuyo origen es ancestral. Este conocimiento se ha transmitido de generación en generación y sus artesanos han sabido conservar sus valores estéticos y su significado social lo que le ha valido para que sea declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
 
Este distrito ubicado en la provincia de San Martín sobresale por su cerámica tradicional con un alto nivel de perfección y detalle. Este arte es una de las expresiones culturales más significativas del lugar que se ha convertido, a su vez, en una herramienta para el desarrollo económico local. Tiene, además, un valor añadido. Su manufactura es una actividad exclusivamente femenina.
 
Poner en valor este arte es un trabajo permanente por eso destaca el aporte que brinda el museo de cerámica Wasichay, que recientemente celebró sus 28 años de creación. Desde su fundación este recinto se dedica a promover y rescatar la identidad cultural ancestral de Chazuta.
 
Juana Bartra del Castillo, promotora y directora del citado museo, afirma que Wasichay reúne el gran legado de la cultura chazutina, un legado de los conocimientos ancestrales que muestra a los visitantes la belleza, identidad y la gran variedad de trabajos.
 
El centro cultural Wasichay cuenta con la colección más grande de cerámica con más de 600 iconografías, con representaciones propias como los cerros de Chazuta, el bosque, el agua, los animales de la selva, los peces, las plantas, serpientes y otros que fueron plasmados en las obras de arte elaborados por los antiguos pobladores de este distrito, ubicado en el sur de la provincia de San Martín, región San Martín.
 
Uno de los artesanos más destacados que aporta al museo es William Ojanama Sangama, con una trayectoria de más de 20 años dedicado a la elaboración de recipientes como tinajas, tiestos y otros de cerámica, es uno de los artesanos que comparte sus experiencias en las enseñanzas de la elaboración de la artesanía a los niños y adolescentes de las instituciones educativas del distrito, cuyo fin es mantener la cultura originaria en las nuevas generaciones a fin que no se pierda el valioso conocimiento.
 
Las protagonistas
Ojanama Sangama, comenta que falta mucho por hacer en el centro cultural Wasichay. Afirma que se requiere de más apoyo a los talleres de cerámica para promover la cultura ancestral de la cerámica, las danzas y el idioma quechua en la juventud para poder interactuar con sus maestros.
 
En cambio, Ruth Mery Chashnamote Pilco, presidenta de la asociación de mujeres artesanas de Chazuta, contó que hace 28 años se juntó con un grupo de mujeres artesanas del distrito Chazuta para impulsar la fabricación de cerámica como tinajas, poncheras, mocahuas, ollas, tinajones, y otros buscando rescatar las técnicas ancestrales con métodos de Chunchulli o rollos, el cual logró la recuperación de la identidad cultural y arte de Chazuta.
 
Desde entonces trabajan en el centro cultural que formó con otras artesanas. Ahora decenas de turistas visitan diariamente el museo y admiran el arte, la organización y la valiosa cerámica de la zona que se diferencia con el trabajo de otras zonas de San Martín y del país.
 
Actualmente, la asociación de mujeres ceramistas ya cuenta con cuatro generaciones en el desarrollo de la artesanía tradicional de Chazuta, teniendo a María Lice Cenepo (primera generación), Auraluz Pilco, (segunda generación), Ruth Mery Chashnamote (tercera generación) y Helen Thais Saurín, como la representante de la cuarta generación.
 
El museo de cerámica Wasichay se ubica en la calle principal de Chazuta, a pocas cuadras de la plaza principal. Cerca de su entrada se aprecia el majestuoso río Huallaga, tiene un patio en donde los mismos artesanos y los visitantes arman momentos de diversión con música típica de la zona, así como ceremonias protocolares, tiene servicios higiénicos y otros ambientes para el trabajo mismo de elaboración de los recipientes.
 
La arcilla con la cual trabajan los artesanos es extraída de lugares especiales, y esta tierra recibe un tratamiento especial antes de convertirlo en tinaja u otros recipientes.
 
El arte ancestral
En su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación, el Ministerio de Cultura considera a la cerámica de Chazuta como un arte popular que guarda estrecha relación con la tradición familiar, por ello que la belleza y sabiduría de la cerámica de Chazuta recae en la dedicación de sus mujeres; quienes, generación tras generación, transmiten a sus hijas los conocimientos a través del arte, inculcando así un vínculo afectivo con su pasado.
 
En su técnica de origen prehispánico se conserva el manejo del rodete o rollos de arcilla para formar recipientes de diferentes tamaños, de la llunguna para el modelado y alisado y la trupadora en el pulido de la pieza.
 
Para la decoración se utilizan los colores rojo, blanco y negro, obtenidos de elementos naturales, así como los pinceles llamados chujchero, hechos de los cabellos de las artesanas.
 

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