El mural de Collud, se ubicó al pie de la fachada del tempo escalonado. La imagen es una versión de la deidad arácnida, una quimera mitad hombre mitad araña, con una red con cabezas trofeo en la espalda, ambos creadores de redes, micro-macro, el centro de sus mundos, la humanidad cosecha las cabezas del maíz en redes de algodón tal como las arañas cazan y mantienen sus huevecillos antes de eclosionar en sacos de tela, algodón y maíz tienen frutos en forma de cabezas con pelo; de ahí la metáfora de la decapitación, explica el conocido arqueólogo y exresponsable del proyecto arqueológico de Ventarrón, Ignacio Alva Meneses.
Añade que “el modelo natural fue argiope argentata, una araña de abdomen lobulado dividido en hemisferios con colores que semejan caras de felino humanizado, el rostro del dios como germen de la vida; el principio natural reflejado como metáfora cosmológica por la sociedad agraria y textilera”.
Por lo tanto, sostiene que “resulta lamentable que la investigación y puesta en valor de un testimonio clave, sufran abandono y desidia de las instituciones responsables”.