Hace pocos días, el diario español El País publicó una curiosa lista de los ‘40 libros que deben leerse antes de los 40 años’. Son varios los latinoamericanos que ingresaron a este listado.
Dice el rotativo madrileño que este listado es una especie de “mapa literario” para aquellos que sienten que han llegado a ese lapso imaginario tan particular en la vida de los seres humanos.
“Los cuarenta marcan una frontera, uno tiene la sensación de haber alcanzado la mitad de la vida. A algunos les sobreviene la tan temida crisis, y una buena forma de superarla es con ayuda de la literatura. Aquí va una lista de libros que, llegados a ese punto, todo el mundo debería haber leído”, anota El País.
Como siempre, los listados redondos no reflejan necesariamente a todos los autores maravillosos de la literatura universal.
Sin embargo, se trata de un buen motivo para recordar a autores que a veces deseamos leer en algún momento olvidamos en el afán cotidiano.
Otros de estos clásicos modernos escogidos fueron: Desgracia, del sudafricano J. M. Coetzee; Ámsteradm, de Ian McEwan; Sin destino, del húngaro Imre Kertész, y Suite francesa, de la ucraniana Irène Némirovsky, entre otros autores.
Y no podían faltar los estadounidenses Jonathan Franzen y Philip Roth, con Las correcciones y Pastoral americana.