De manera lenta, pero segura, la Parroquia Santa Lucía de Ferreñafe realiza los trabajos que le permita poner en valor la cripta que yace debajo del altar mayor de esta iglesia que data de la época colonial.
El clérigo afirmó que, tras contar con el permiso respectivo del Ministerio de Cultura pudieron abrir una entrada, la misma que ahora está habilitada e iluminada, concentrándose en estos momentos en plena habilitación de la cripta en sí, todo con recursos propios que recaudan principalmente con el aporte de la feligresía.
“Estamos en esto (rompiendo el piso de cemento debajo del altar mayor) desde agosto del 2017, fecha en que aperturamos esa puerta, todo este tiempo dejamos que se ventile el área, porque con el paso de los años, las lluvias e inundaciones que sufrió, la humedad hallada era fuerte”, señaló.
El sacerdote detalló que por el momento y por indicación del Ministerio de Cultura, la cripta aún no es exhibida hasta que los trabajos estén más avanzados y permitan a los arqueólogos determinar la antigüedad de la misma, así como de los restos que hay en el lugar.
“La parroquia está cubriendo los gastos que demandan estos trabajos, pero todo con la supervisión constante del Ministerio de Cultura (a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura)”, refirió.
Beltrán García dijo que, por el momento no se puede hablar de fechas exactas respecto a la catacumba, “pero tomando en consideración que esta iglesia empezó su construcción en el año 1690 y se supone que esta cripta estaba pensada desde el inicio de la edificación, algo podría deducirse”.
Asimismo, adelantó que tampoco, por ahora, puede determinarse la antigüedad de los entierros, lo cual será un trabajo de los arqueólogos una vez que los trabajos concluyan”, añadió.
LAS ENTRADAS
Para una mayor ilustración, quienes concurren a la Iglesia Santa Lucía de Ferreñafe e ingresan hasta el altar mayor, podrán observar en la parte inferior (escaleras) dos ventanas, una a cada costado (tal como muestra la gráfica), las cuales, según el párroco, fueron dejadas como una especie de ventilación.
El reverendo narró que, detrás de esas ventanas, las cuales vendrían hacer las entradas antiguas a la cripta, existen escaleras que bajan a la catatumba y que incluso en los últimos meses se hallaron dos escalones más de estas.
MEJORAS
Paralelamente, la parroquia desarrolla trabajos de mejora en el tricentenario templo, los mismos que también son ejecutados con recursos propios y de la feligresía.
“Ejecutamos obras pequeñas, estamos habilitando algunos ambientes sobre todo de la antigua capilla del Santísimo. Antes mejoramos el techo de la iglesia cambiándole calaminas y otras refacciones más”, expresó.
El sacerdote comentó que, en estos momentos, dentro de las prioridades está rehabilitar los atrios, así como la pintura de la infraestructura, confesando que no tocaron las puertas de instituciones y entidades públicas por considerar que ninguna estaría en condiciones de otorgarles un apoyo de esta naturaleza para refaccionar estos ambientes.