Por: Rosa del Carmen
Vásquez Julón
Desde el corazón de las escuelas rurales, siempre se proyecta el alma de las comunidades; en virtud de ello el equipo de corresponsales escolares de la I.E. N° 10624, comparte por vez primera a través de La Industria, la experiencia de la religiosidad popular de la comunidad del caserío de Quirichima, cuyo nombre al explicar de algunos ancianos significa “quiéreme china”.
Esta expresión de religiosidad adquiere su máximo esplendor durante el homenaje a San Antonio de Padua, patrono de la comunidad, cuyas novenas inician al tañer de la vieja campana de su sencilla e histórica capilla.
La religiosidad quirichimense
La comunidad, de la mano con su escuela, se reúne días antes, para poder organizar la fiesta del santo patrón. Así quedan listas las comisiones que darán vida a las actividades, tales como: la administración de los sacramentos como el Baustismo y Confirmación, así como la liturgia de las vísperas, oficiada por las Hermanas de la Congregación Religiosa Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, del distrito de Cañaris.
Cantando y danzando el Taki
Las costumbres como la danza, el canto y la gastronomía son una hermosa manifestación de una cultura viva que fortalece la identidad cultural.
Así, se inició el festival del Taki en el que se considera la competencia en esta danza y el canto vernacular de la misma.
Desde las comunidades vecinas llegaron los danzantes, músicos y cantantes de: Saucepampa, Yuraqtuktu, Sinchihual, Quirichima y Llámica por Incahuasi. Todos mostraron su arte, pero al final de la competencia alzaron el premio, la delegación invitada del C.P. Llámica (Incahuasi). El jurado calificador del certamen, estuvo integrado por los maestros quechua hablantes: Benito Mendoza y Cusio Rinza, ambos cañarenses de nacimiento y muy versados en el tema de identidad local. Sin duda una ardua jornada que se prolongó hasta las 3 de la mañana.
El Taki es utilizado en las distintas actividades costumbristas, esta fue la ocasión para conocer al señor Bonifacio Reyes Pariacurí de Saucepampa, quien con su requinto dejaba volar deliciosas notas que marcaron la noche.
Las vísperas y el día central
El amanecer se caracterizó por el bullicioso albazo matutino, continuando con la procesión central donde los devotos y fieles al son de músicas y cánticos alusivos a nuestro Patrón San Antonio de Padua, recorría las principales calles de nuestro caserío, luego, la tarde deportiva estaría muy reñida debido al nivel futbolístico de las delegaciones participantes.
El domingo, día central –por cierto un día soleado–, las actividades comenzaron la liturgia de acción de gracias, y con la final del fulbito masculino y femenino.
Nuestra gratitud a La Industria
La comunidad de Quirichima, se siente fraternalmente agradecida con el Diario La Industria, ya que es primera vez que nuestras costumbres y el cariño a nuestro San Antonio de Padua que se verán reflejados en sus páginas y llegarán hasta los hogares de sus lectores, para que conozcan a nuestra comunidad y se animen a visitarnos para gozar de encuentros fraternos que nos permitan unir a los pueblos de la costa y la sierra de la región Lambayeque, manifestaron el maestro Dante Vargas Apáestegui y sus corresponsales escolares.
La fe del pueblo quirichimense es inmarcesible al paso del tiempo, haciendo votos para que perdure su significado y trascendencia religiosa a través de sus manifestaciones culturales propias. Para testimoniar que Dios está presente en cada uno de los que alrededor de Él, se reúnen. La identidad de un pueblo permanece en su fe, sus costumbres y su lengua. Sin duda alguna Cañaris es un bastión cultural vigente.