La automedicación es el acto por el cual las personas toman o se administran medicamentos sin indicación médica para aliviar sus dolencias o malestares de salud. Son diversos los factores que impulsan a ello, haciendo que las cifras sean altas y que ratifican que más del 50% de la población en el país se automedica.
A pesar que existe un mayor número de profesionales de la salud, la automedicación no ha parado, poniendo en riesgo la salud, indicó el decano del Colegio de Químicos Farmacéuticos en la región Lambayeque, Manuel Mestanza León.
La automedicación genera la resistencia bacteriana, es por eso que ahora colapsan los hospitales por la llegada numerosa de los pacientes.
Comentó que entre los factores para la automedicación figuran: la falta de acceso a servicios de salud provistos por el Estado o la falta de recursos económicos para acudir a servicios de salud privados. Asimismo, por haber recibido medicación previamente para una dolencia similar y/o contar con medicinas en casa, por recomendación de familiares u otras personas, publicidad, libre acceso a medicamentos que se comercializan en establecimientos autorizados y no autorizados, así como la falta de conocimiento acerca de los peligros de la automedicación.
Citó como ejemplo, que el consumo de un determinado antibiótico es no menos de siete días, pero por cuestiones económicas el paciente pide el medicamento por un par de días y al ver que su salud evoluciona ya no compran e incumple con el tratamiento; entonces esta infección que está en plan de mejorar se convierte en reinfección o resistencia al medicamento.
“Si no se toma adecuadamente los medicamentos, se convierte en perjudicial para la salud ya sea antibiótico a antinflamatorios no esteroideos”, comentó.
La mayoría de la población genera una gastritis por razones simples, consumir naproxeno, ibuprofeno, paracetamol y otras pastillas que son fácil de obtener sin contar con una receta médica.
La norma dice que para obtener medicamentos, debe estar prescrito por un profesional de la salud en una receta médica, pero la realidad es distinta.
“Puede ser que no hay dinero para ir a un médico, la consulta es cara y mucho más los medicamentos. Es por eso que se adquiere de forma directa los medicamentos,a pesar que la norma dice no vender sin receta médica, los negocios no van a permitir dejar de vender porque van a perder”, comentó.
Se requiere un mayor control sobre el expendio y dispensación de medicamentos en los establecimientos farmacéuticos autorizados y por supuesto, los no autorizados.