La Festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno es una de las manifestaciones danzantes y artísticas más importantes del Perú por lo que fue considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el 2014.
En Lambayeque, el arquitecto Alberto Cohalia, natural de Puno, ha propuesto que el 2 de febrero del 2019, vaya a esa festividad nacional por primera vez, un elenco de Chiclayo.
“Es mi cuarto año acá y he notado que si bien hay una cercanía a las danzas y una riqueza arqueológica muy fuerte, no están muy familiarizados con la festividad misma o con la danza caporal”, señaló el profesional que cada año acude a su tierra para esta fecha a danzar.
El grupo denominado “Caporales Victoria Bloque Pitones - Filial Chiclayo”, es una sede de la agrupación principal que se encuentra en la región del sur. Y actualmente tienen un promedio de 30 personas ensayando para ese día.
Cohalia es el responsable del elenco que se ha conformado y con el que han estado ensayando durante el año para su primera presentación.
“Tenemos una selección abierta desde el 15 de diciembre con la finalidad de formar un elenco de danzantes de caporal que se preparen para la festividad del 2020. Nos proyectamos a ser una delegación de hasta 500 bailarines de caporal que esté en permanente actividad llevando esta hermosa danza por todo el norte del Perú”, señaló.
La danza es una expresión de fe y son un promedio de 90 grupos que llegan hasta Puno con más de mil integrantes por conjunto.
La vestimenta se exhibe durante el día central y concentra finos bordados en sus diversas piezas y son la parte más atractiva y que demanda mayor inversión, pues por tradición cada año debe haber un vestuario distinto. Los trajes se preparan desde marzo del año anterior a la talla de cada persona.
“La vestimenta de la mujer tiene un corsé, una pollera, un sombrero, trenzas y zapatos de taco alto con otros accesorios. Y en el caso del varón, tiene una chaqueta, un sombrero, una faja, un pantalón ancho y botas con cascabeles. Hay elencos que se han estilizado pero nosotros manejamos el lema ‘Los caporales de siempre’ para continuar con la tradición.
El reto de este primer elenco será bailar a 3.800 m.s.n.m, pues para ello han previsto llegar una semana antes a Arequipa como una forma de aclimatamiento y luego viajarán hasta la región Puno.
“Los he visto cansados acá en Chiclayo, pero el tema físico depende del tiempo de ensayo pues será un cambio fuerte pero con la emoción del momento y a la alegría que se respira se podrán adaptar”, señaló.
El 5 de enero presentaremos oficialmente los trajes que usaremos como elenco.
La gran iniciativa de acercar la cultura sureña al norte del Perú es una experiencia nueva para quienes acepten el reto de bailar para la Virgen de la Candelaria y acercarse al corazón de la danza.