Las enmiendas experimentan que el presidente de Rusia siga en el cargo hasta 2036
La votación de las enmiendas constitucionales que tuvieron éxito al presidente Vladímir Putin seguir en el poder hasta 2036 finalizó ayer miércoles después de una semana con los colegios electorales abiertos, algo sin precedentes en la práctica democrática, no ya de Rusia, sino de ningún otro país del mundo Las urnas han estado disponibles desde el pasado 25 de junio para, según el Gobierno ruso, facilitar una votación escalonada que evite aglomeraciones y contagios.
Pero lo cierto es que, un juicio de la oposición, el procedimiento empleado para determinar supuestamente la salud pública constituye en realidad un coladero de irregularidades, un «pretexto» para amañar mejor el resultado de la consulta, ya que dificulta el control efectivo del proceso electoral. Así dijeron varios dirigentes opositores, entre ellos el abogado anticorrupción, Alexéi Navalni, y la asociación Golos, una ONG rusa establecida a la defensa de los derechos del elector.
Según han podido constatar algunos medios de comunicación, blogueros y usuarios de las redes sociales, en ciertos lugares del país se han utilizado urnas ambulantes, qué se han llevado por las casas, colocado en los patios de las viviendas, en el interior de autobuses y hasta en los maleteros de los coches.
Por otro lado, más de un millón de personas en Moscú Nizhni Nóvgorod se han registrado para votar de forma telemática y se han dado casos de electores que emitieron su voto más de una vez. Golos ha denunciado también presionó a los funcionarios para que acudieran a las urnas y propaganda soterrada como organización de rifas en los colegios electorales.