Clarín (Argentina).– En una Río de Janeiro en estado de emergencia, no para de llover. El temporal que castiga la ciudad desde el lunes deja por el momento un saldo de diez muertos, inundaciones, deslizamientos, casas arrasadas por el barro, autos arrastrados por el agua y árboles caídos. En 800 puntos no hay luz.
Las autoridades tuvieron que cancelar las clases y exhortaron a la gente evitar el tráfico no esencial. Piden que las personas se queden en sus casas salvo casos extraordinarios.
Los torrentes bajaban este martes por las calles, arrastraban autos y derribaban árboles en medio de lluvias que comenzaron a la hora pico del lunes por la tarde. El alcalde Marcelo Crivella dijo que la ciudad enfrentaba una “crisis”.
Según funcionarios municipales, cayeron 152 milímetros de lluvia en cuatro horas el lunes por la noche, superando el promedio de todo abril. El barrio del jardín botánico, un destino turístico, fue uno de los más afectados, con 231 milímetros de lluvia en un periodo de 24 horas.
Sonaron las sirenas en 20 zonas de riesgo de inundaciones para que la gente fuera a los lugares seguros. Pero algunos vecinos denunciaron que al no haber luz las alarmas no sonaron.
Las víctimas
Por ejemplo, el propio Crivella dijo que no sonaron en la favela de Babilonia, en una colina detrás del conocido Pan de Azúcar. Los bomberos dijeron que dos mujeres murieron en un alud de barro y los vecinos se quejaron sobre la falta de advertencia. Y que esas muertes pudieron haberse evitado.
Las autoridades dijeron que una tercera persona se ahogó. La cuarta víctima fue un hombre de 40 años que murió electrocutado mientras limpiaba el desagüe de su casa.
Un quinto cuerpo fue encontrado por las autoridades de rescate en Botafogo, otro de los barrios de la zona sur de Río afectados.
Una abuela y su nieta, que en la noche del lunes salieron de un centro comercial hacia su residencia, también fueron reportadas como desaparecidas a las autoridades.