Cultura
Publicado el Jueves, 25 de Junio del 2020

El desastre tras la «limpieza» de una virgen de Murillo

El original, la primera intervención arriba, y el intento de arreglarla, debajo.
El restaurador, de muebles, trató después de arreglarlo, pero el resultado no se parece ni de lejos al original
La fallida restauración del Ecce Homo de Borja a cargo de Cecilia Giménez dio la vuelta al mundo en el año 2012. Pero no se trata de un caso único, ya que este tipo de intervenciones inadecuadas sobre el patrimonio artístico son más frecuentes de lo que parece y provocan cambios irreversibles en algunas obras.
Un ejemplo lo acaba de padecer un coleccionista particular de Valencia, quien encargó por unos 1.200 euros a un restaurador de muebles y otras piezas como espejos la limpieza de una copia de una de las famosas Inmaculadas de Murillo. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al devolverle la pieza, vio que el rostro estaba completamente desfigurado y que, además, guardaba un inquietante parecido con el inclasificable Ecce Homo de Borja.
Al pedirle explicaciones al autor de la 'restauración', este intentó 'solucionar' el problema, pero el resultado del trabajo ha sido una imagen que nada tiene que ver con la original. Ahora, el coleccionista se ha puesto en contacto con otro especialista, este sí formado para esta labor, que intentará rehabilitar la obra, relata el propietario.
La vicepresidenta de Relaciones Internas y coordinadora de la Asociación Profesional de Conservadores Restauradores de España (ACRE), María Borja, explica que aberraciones como esta son «desgraciadamente mucho más frecuentes de lo que se piensa».
«Solo conocemos los casos que la sociedad denuncia a través de prensa o redes sociales, pero hay multitud de situaciones donde las obras son intervenidas por personas que no tienen formación. Las obras sufren este tipo de intervenciones no-profesionales, pudiendo, provocar un cambio irreversible», asevera.
Sobre si son necesarios cambios normativos para evitar este intrusismo laboral, esta portavoz señala que la profesión del conservador restaurador no está regulada, por eso este es uno de los objetivos fundamentales de ACRE. En la Ley 4/1998, de 11 de junio del Patrimonio Valenciano no aparece disciplina, «ya que en ningún momento se especifica quién ha de intervenir un Bien de Interés Cultural, sea mueble o inmueble», recalca.
 
 

Suscríbete a La Industria

Disfruta de nuestro contenido a diario