Internacional
Publicado el Jueves, 25 de Junio del 2020

Piden 10 años de cárcel a quienes tumben estatuas

Donald Trump, pudo ver claramente desde su residencia cómo una turba le ataba unas sogas a la estatua ecuestre del presidente Andrew Jackson.
El presidente ha recomendado que se presenten cargos contra los vándalos bajo la Ley de Preservación de los Monumentos de los Veteranos
El martes por la noche Donald Trump pudo ver claramente desde su residencia cómo una turba le ataba unas sogas a la estatua ecuestre del presidente Andrew Jackson y trataba de tumbarla antes de que interviniera la policía, que arrestó a varios de los agresores. Antes, estos pintaron en el pedestal las palabras «asesino» y «escoria».
Trump ha recomendado a la Fiscalía que presente cargos contra los vándalos bajo la Ley de Preservación de los Monumentos de los Veteranos. «Vergonzoso vandalismo, en Lafayette Park, de la magnífica estatua de Andrew Jackson, además del deterioro exterior de la Iglesia de San Juan», dijo el presidente en Twitter.
I have authorized the Federal Government to arrest anyone who vandalizes or destroys any monument, statue or other such Federal property in the U.S. with up to 10 years in prison, per the Veteran’s Memorial Preservation Act, or such other laws that may be pertinent.....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 23, 2020
Esa estatua ecuestre de Jackson, hecha en bronce, lleva ante la Casa Blanca desde 1852. A menos de una manzana se encuentra la iglesia de San Juan, cuyes bajos fueron incendiados a principios de mes, y donde Trump fue a hacerse una foto con una Biblia en la mano tras desalojar la calle por la fuerza.
La ley que ahora rescata Trump, de 2003, dice que quien «intencionalmente agrede o destruye, o intenta agredir o destruir, cualquier estructura, placa, estatua u otro monumento en propiedad pública que conmemore el servicio de cualquier persona o personas en las fuerzas armadas de los Estados Unidos serán multados bajo este título, encarcelados no más de 10 años, o ambos».
La protesta racial tras la muerte del afroamericano George Floyd bajo custodia policial ha mutado en un movimiento contra las estatuas de los generales confederados primero, el legado hispano en Norteamérica después y, finalmente, contra presidentes de todo signo, demócratas como Jackson, o republicanos como Ulysses S. Grant.
Trump es un gran admirador de Jackson, el séptimo presidente de la nación y primer líder del Partido Demócrata tal y como se entiende a este en la actualidad. Jackson tuvo esclavos y forzó un éxodo masivo de comunidades nativas con una dura ley de expropiaciones. Nada más llegar a la Casa Blanca, Trump colgó en el Despacho Oval un retrato de ese presidente.
En un mitin el sábado en Oklahoma, el presidente dijo que quiere que la quema de banderas sea penada con pena de cárcel de hasta un año. La Corte Suprema, sin embargo, ha fallado en ocasiones anteriores laque la quema de banderas entra dentro de la libertad de expresión y por tanto es legal bajo la primera enmienda de la Constitución.
 
 

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