Rayshard Brooks murió por disparos de la Policía en Georgia tras un enfrentamiento con los agentes cuando estaba siendo detenido
Erika Shields, hasta este domingo jefa de la policía de Atlanta (Georgia), ganó relevancia nacional a comienzos de mes en medio de las protestas por la muerte de George Floyd, el hombre negro de Mineápolis que murió asfixiado por un agente. Su ciudad, la llamada «Mecca negra» por el alto porcentaje de población afroamericana y por la presencia de una sólida clase media de esa minoría, fue el escenario de algunos de los peores disturbios. Shields bajó a la calle para estar con los manifestantes, hablarles a la cara, escuchar sus quejas y mostrar empatía, en vídeos que circularon por redes sociales.
Este fin de semana, sin embargo, Shields ha dimitido después de que uno de sus agentes matara a un hombre negro en un altercado que no debería haber sido violento. Es el último episodio trágico entre la policía y la minoría negra y echa gasolina al fuego de las protestas por la muerte de Floyd, que habían bajado de intensidad tras semanas de manifestaciones en todas las grandes ciudades de EE.UU.