La Unión Europea no va a permitir que se repita el escenario de la crisis migratoria de 2015 y ha decidido poner todos los medios para contener una nueva llegada masiva de demandantes de asilo y emigrantes económicos como la que desordenó entonces todas las previsiones políticas e institucionales en numerosos países miembros.
Atenas ha suspendido todas las demandas de asilo, sin excepción y promete devolver a todos los que crucen ilegalmente la frontera. Hoy miércoles se celebrará una reunión extraordinaria de ministros del Interior en Bruselas para ayudar a Grecia y también a Bulgaria en estos momentos de gran presión migratoria.
La cuestión del apoyo irrestricto al cierre de la frontera con Turquía se destacó también en el anuncio de la creación de un comité de crisis en la Comisión Europea para hacer frente a la expansión de la epidemia del coronavirus. Mitsotakis ha invocado las cláusulas de solidaridad del Tratado que prevén la asignación de fondos extraordinarios y el envío de expertos a la zona, mientras que la agencia de fronteras Frontex confirmó en un comunicado que el Gobierno de Atenas le ha pedido ayuda “para lanzar una operación de intervención rápida en su frontera exterior” y poco después su director ejecutivo, Fabrice Leggeri, confirmó que pondrá en marcha un dispositivo urgente “teniendo en cuenta la rápida evolución de la situación en la frontera turcogriega”. El grueso de la misión de apoyo a Grecia lo llevará a cabo el dispositivo de reacción rápida formado por agentes de fronteras de los países miembros.