El centro de la ciudad ha recuperado este jueves una estatua de la Inmaculada que fue derribada en 1918, cuando se creó la entonces llamada Checoslovaquia
El centro de Praga ha recuperado este jueves una estatua de la Inmaculada que fue derribada en 1918 cuando se creó la entonces llamada Checoslovaquia, tras décadas de debate entre quienes ven el monumento como un símbolo de la opresión del Imperio Austro-Húngaro y quienes lo valoran como patrimonio cultural.
La nueva columna, con una réplica de la estatua original, fue instalada el sábado en la Plaza Vieja de Praga, su ubicación original, a iniciativa de una sociedad privada en la que participan representantes de la Iglesia católica, historiadores y artistas.
La columna y estatua original fue erigida en 1650 para conmemorar la victoria de la dinastía Habsburgo en la Guerra de los 30 Años.
En 1918, cuando Checoslovaquia se independizó tras cuatro siglos bajo dominio austríaco, el monumento fue derribado por la multitud, que lo consideraba un símbolo de la opresión extranjera.
El Ayuntamiento se opuso durante años a la restauración de la estatua, en un debate que enfrentaba a quienes la veían como un símbolo de la opresión extranjera y la supremacía católica, en uno de los países más laicos de Europa, y quienes argumentaban el valor arquitectónico e histórico del proyecto.