En los Juegos Panamericanos Lima 2019, que se disputaron el año pasado en nuestra capital, dejaron grandes recuerdos e interesantes historias de perseverancia como la de María Fernanda Reyes, quien a base de garra se convirtió en una de las mejores exponentes del estilo longboard del mundo.
Detrás de su buen equilibrio para manejar la tabla grande sobre la olas, existe una fuerza poderosa de superación. Fernanda hizo de cada obstáculo, una oportunidad para alcanzar su sueño, ese que comenzó a perseguir desde que era apenas una niña y ayudaba a su madre a vender raspadilla en la playa.
La constancia amoldó su carácter. A pesar de haber nacido en un hogar con mucha escases no se dio por vencida porque a base de valentía y trabajo pudo hacerse de un espacio en el surf peruano.
Su lucha vio sus frutos al ganar la medalla de plata en Lima 2019. Ese glorioso 4 de agosto de 2019 quedará grabado en la retina de los peruanos porque la tabla hizo historia tras adjudicarse siete preseas. Tres fueron de oro. La de “Mafer” fue plateada, pero su garra y tesón durante la competencia hizo que los aficionados la calificaran como una de las grandes vencedora de esa jornada impecable.
“Contar mi historia es algo lindo para mí, porque me encanta recordar como empecé. Hace 22 años mi mamá vende raspadillas en la playa. Ni bien yo nací me llevó a su trabajo. Me tenía en su puestito en la playa Makaha, en una cuna que ambientó en su mueble. Crecí viendo el mar todos los veranos, mirando las olas, a la gente, cuidando la naturaleza”.
Lo que para mucho puede significar mala fortuna no quedarse en la tranquilidad de su casa en una cuna o una cama, para María Fernanda fue un privilegio crecer frente al mar porque desde muy pequeña aprendió a amar y cuidar a la naturaleza.
“Me sentía privilegiada, porque a pesar de que no vivía frente al mar, yo iba a la playa con mi mamá todos los veranos. Trabajaba todos los días, de diciembre al mayo, desde la mañana hasta la noche”, recuerda con nostalgia la espigada deportista.
Persona vital
La medallista de Lima 2019 tiene mucho que agradecer a su madre, Rosario, quien fue fundamental en su crecimiento personal y como deportista. Es la primera en darle fuerzas en las derrotas. Cuando los resultados eran adversos siempre le decía “tranquila todas ganan, ahora le toca a otra persona. Las cosas pasan por algo, tienes tiempo de entrenar y romperla".
Nada es fácil para María Fernanda. Para llegar al posicionarse como una de las mejores del mundo dedicarse a tiempo completos a los entrenamientos. Fueron años, meses y días de aprendizaje continuo.
“Siempre pongo como ejemplo el Surf, que es el deporte que practico, en cada revolcada del mar es un intento de salir adelante y cada vez que veo la ola es una oportunidad para dar lo máximo de mí, tanto en la vida como en las competencias”, expresó.
Si nada la intimidó cuando fue a alcanzar sus primeros objetivo, lo que viene menos hará mella en su integridad. No descansará hasta convertirse en campeona mundial y buscará seguir representando al Perú en los certámenes máximos porque anhela que su nombre quede perennizado en unos Laureles Deportivos, que serán colocados en el Estadio Nacional.
Una vez que culmine su etapa de deportista, Mafer quiere dedicarse a enseñar a los nuevos valores de bajos recursos, así como hicieron con ella cuando era una precoz soñadora.
María Fernanda Reyes es una de las representantes de la campaña ‘Iguales en la vida, Iguales en el deporte’, que promueve el Legado de los Juegos Lima 2019.
La iniciativa busca las mismas oportunidades para los varones y mujeres en todo ámbito. La surfista reconoce que en el mundo se está logrando la paridad porque en los torneos internacionales los premios son iguales para todos.