Nueva jornada nacional de protestas y manifestaciones contra la reforma del sistema nacional de pensiones, cuando la propagación del coronavirus atiza nuevas tensiones de incertidumbre.
Es harto improbable un voto de censura parlamentario. Pero los sindicatos denuncian el “decretazo” como un “gesto autoritario” y han vuelto a convocar una nueva jornada de manifestaciones y protestas contra la reforma.
Ante la convocatoria de manifestaciones de muy diversa índole, ayer martes, la Prefectura de París, por su parte, anunció “medios humanos y materiales adaptados” a la situación creada por la crisis de la propagación del coronavirus.
Los sindicatos anuncian “nuevas movilizaciones” contra el “decretazo” y la reforma (imparable) del sistema nacional de pensiones. El Gobierno de Macron espera con cierta inquietud apenas contenida el alcance exacto de unas manifestaciones cuyo primer resultado práctico es evidente: grandes atascos a la entrada de París, mal o muy mal funcionamiento del metro y los transportes públicos.
En la Asamblea Nacional, la oposición de izquierda y derecha se apresta a defender dos mociones de censura, paralelas y distintas. Salvo gran acontecimiento inesperado, no es nada previsible la censura del gobierno, que seguirán navegando mal que bien por las turbulentas aguas de una crisis sin fin, por ahora.