El serio desgaste que sufre Nicolás Maduro en su pulso con Juan Guaidó, la fuerte presión internacional contra su régimen y los movimientos en la cúpula venezolana y en el seno del Ejército parecen estar dificultando al presidente Vladímir Putin mantener su apoyo al país caribeño en la misma forma en la que venía haciéndolo.
Así que Putin le dijo el miércoles en el Kremlin a su socio venezolano nada más comenzar la reunión que no se preocupe que mantiene su respaldo, “Rusia apoya consecuentemente a todas las autoridades legítimas de Venezuela, incluida la Presidencia y el Parlamento”. Pero, al mismo tiempo, el máximo dirigente ruso le advirtió que “cualquier rechazo al diálogo es irracional, perjudicial para el país y conlleva solo amenazas para el bienestar de la población”.
Putin tranquilizó también a Maduro asegurándole que su país reafirma su compromiso de preservar los acuerdos en materia militar ya firmados, en concreto los relativos a la prestación de servicios, mantenimiento y al envío de equipos. “Todos estos trabajos se están cumpliendo en los plazos definidos, en estricta conformidad con nuestros acuerdos”, subrayó el presidente ruso, mientras Maduro movía la cabeza en sentido afirmativo.