No habrá clásico en la final. Sí derbi. Después de un choque con un tramo final loco que contempló el emerger de un equipo que hasta ese momento parecía desangelado, sin recursos. En manos de un rival superior liderado por una gran versión de Messi y que se estrelló con un inmenso Oblak.
Fue el meta esloveno el que sostuvo al cuadro rojiblanco. Evitó otra vez un sinnúmero de ocasiones que pudieron provocar un mayúsculo triunfo azulgrana. Pero al final, el cuadro de Diego Pablo Simeone recuperó la esencia. No fue tarde. Bastó y achicó en los últimos minutos a un adversario en evidencia.
Los goles de Álvaro Morata y Correa, que dieron un gran giro a la situación en apenas unos minutos, premiaron al ‘Cholo’. Es el tercer triunfo del argentino contra el Barcelona, en veintisiete encuentros, hasta ahora resignado a salir malparado de cada cita con el conjunto azulgrana.
Hasta el tramo final, el partido era la ley de Leo Messi. Pero el destino evitó el clásico e impuso un derbi por el título entre el Atlético y el Real Madrid.
El primer gol del partido lo marcó Koke Resurrección para el Atlético de Madrid a los 46 minutos, tras una gran jugada de los rojiblancos. El primero para Barcelona, 51’, lo marcó Lionel Messi tras aprovechar un rebote dentro del área rival y patear exquisitamente.
Antoine Griezmann fue el encargado de poner el segundo para los azulgranas a los 62’, con un potente cabezazo. El empate para el ‘Atleti’ estuvo a cargo de Álvaro Morata, quien ejecutó un penal a los 81’. Sin embargo, el héroe de los ‘colchoneros’ fue Ángel Correa, quien selló la victoria a los 86’, tras un pase profundo de Morata.