Corresponsales escolares: Marisol Valderrama y Alexandra Castillo.– Hay una devoción que se conserva intacta en la familia escolar del colegio Ramón Castilla de Pucalá. Se trata de la devoción a la Virgen de la Piedad, que siempre convoca a la reflexión sobre el profundo amor de las madres a sus hijos.
Cuenta la historia que la imagen de la Piedad fue traída por los antiguos patrones hacia la hacienda Tabernas como se conocía antes a esa comunidad y se les encomendó propagar la devoción a los hermanos Justo y Matías Irazabal Landazuri, como una forma de extender la fe cristiana. Se dice, además, que de esta singular imagen solo existen tres réplicas, una que está en España, otra que se ubica en el distrito pucaleño y una tercera que no se sabe dónde fue ubicada. Actualmente, la imagen está custodiada en la iglesia del lugar, que pastorea el párroco Miguel Mori.
Tenerla en la escuela es una experiencia que nos sensibiliza y humaniza, pues contemplar el rostro de la Santa Madre lleno de lágrimas y lleno de dolor por la muerte de su Hijo Jesús, es impactante, expresaron algunos miembros de la escuela.
A veces los jóvenes necesitan de estos signos para desarrollar los valores de empatía, solidaridad y amor por quienes nos rodean, expresaron los docentes.