A sus 22 años, Alex Chang Llerena tiene tres certezas en las que basa sus sueños para el futuro. La primera es el amor incondicional de Berta y Elmer, sus padres, y el de Abraham, ocho años menor, su hermano, mejor amigo y apoyo, al compartir ambos los retos de vivir con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
La segunda certeza es que la mente, su mente, puede conquistar lo que se proponga si le dan la oportunidad. Y la tercera certeza es que la Educación, aquella que lo llevó a la Literatura y le regaló su vocación por la Medicina Veterinaria, así como la poesía para comunicarse con el mundo, es y seguirá siendo su principal estímulo para mejorar como persona.
“La poesía me salvó de la soledad, que es una característica de quienes tenemos autismo. Al escribir siento paz, pero algunas veces también una tristeza cargada, como una angustia. Escribir esas emociones, o declamar cuando ya las hice poemas, me devuelven la tranquilidad y me enfocan en lo que quiero para mí, en ser un buen hijo y darle más alegrías a mi familia, como cuando gané Beca 18”, explica Alex, quien cursa el quinto ciclo de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, gracias a la subvención integral que cada año otorga el Estado a los jóvenes talentosos en todo el país.
Alex, a quien le diagnosticaron TEA cuando tenía 5 años y fibromialgia –un dolor recurrente en los músculos, ligamentos y tendones– tiempo después, aprendió a leer y escribir en casa, gracias a las clases que le brindaba Berta, docente de Educación Especial.
A los 8 años, cuando fue aceptado en el colegio, Alex ya era un admirador de las buenas historias. Y conforme mejoraba su comprensión fue descubriendo la poesía e inclinándose por peruanos célebres como Palma, Vallejo, Chocano, y en especial Valdelomar, cuyo cuento El Caballero Carmelo lo puso por primera vez frente a lo que sería su vocación: ayudar a los animales.
“Leí El Caballero Carmelo y me encariñé tanto con el personaje, que me puse muy triste cuando murió. Así que le pedí a mi mamá un gallo, pero no para hacerlo pelear, sino para que se quede conmigo hasta su vejez. Cuidar de Luis Miguel, así se llama mi gallo, me llevó a escoger la Medicina Veterinaria como carrera”, cuenta Alex, quien también cría a tres traviesos perritos llamados Tobi, Cirilo y Pompón.
La más reciente sorpresa: la publicación de su primer poemario, Entropía, cuya presentación oficial se realizará el 29 de agosto, a las 8 p.m., en el Auditorio Culturaymi del Parque de la Exposición, en el Cercado de Lima.