Educación
Publicado el Martes, 13 de Agosto del 2019

Escolares inician II Semestre Académico 2019

“La Educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”, Paulo Freire.
Nos comparte: María Teresa Santos Acosta.– Tanto la escuela y la familia deben estar unidas cada vez que nuestros niños y niñas van a las aulas. Estamos iniciando el II Semestre Académico 2019, y todos retornan a sus escuelas con alegría y muchas expectativas.
 
A los docentes les toca replantear su labor y programar sesiones interesantes y retantes. A las familias nos toca fortalecer la práctica de valores, es por ello que quiero compartirles unas líneas sobre la importancia de enseñarles, a los niños, la cortesía como una forma sana de convivencia, para ello citaré algunos textos de Valeria Sabater, que nos pueden ser útiles.
 
Para crear una sociedad basada en el respeto mutuo, en la que el civismo y la consideración marquen la diferencia, es necesario invertir en esas pequeñas costumbres sociales, a las que a veces, no prestamos la importancia que merecen. Porque la convivencia se basa al fin y al cabo en la armonía, en esas interacciones de calidad basadas en la tolerancia donde todo niño debería iniciarse desde una edad temprana.
 
Soy de la generación del gracias, del por favor y del buenos días, de la misma que no duda en decir un “lo siento” cuando es necesario. Cualidades todas ellas que no dudo en transmitir a mis hijos, porque educar en respeto es educar con amor.
 
Lo creamos o no, podemos educar a un niño en valores desde edades muy tempranas. Sus aptitudes son casi insospechadas y hemos de aprovechar esa gran sensibilidad en materia emocional.
 
Dar las gracias, es un arma de poder en el cerebro infantil. Los neurocientíficos nos recuerdan que el sistema neuronal de un niño está programado genéticamente para “conectarse” con los demás.
 
El diseño de nuestros cerebros, por así decirlo, nos hace sentirnos inexorablemente atraídos a su vez por otros cerebros, por las interacciones de todos aquellos que están a nuestro alrededor. Así pues, un niño que es tratado con respeto y que desde una edad temprana se ha acostumbrado a escuchar la palabra “gracias”, entenderá rápidamente que está ante un refuerzo positivo de gran poder y, que sin duda, irá desentrañando poco a poco.
 
Cuando un niño descubre por fin lo que sucede en sus contextos más próximos cuando pide las cosas por favor y las concluye con un gracias, ya nada va a ser igual. Hasta el momento, lo llevaba a cabo como una norma prosocial pautada por los adultos, algo que le confería refuerzos positivos por su buen comportamiento.
 
No obstante, tarde o temprano experimentará el auténtico efecto de tratar con respeto a un igual, y cómo esa acción revierte a su vez en él o en ella misma. Es algo excepcional, una conducta que le habrá de acompañar para siempre, porque tratar con respeto a los demás es también respetarse a uno mismo, es actuar de acuerdo a unos valores y un sentido de convivencia basado en un pilar social y emocional de peso: la reciprocidad.
 
He aquí unas sencillas estrategias para que las tengas en cuenta, son indicaciones básicas que señalar a los niños en cada situación: ¿Has llegado o entrado a algún sitio? Saluda, di buenos días o buenas tardes. ¿Te vas? Di adiós. ¿Te han hecho un favor? ¿Te han dado algo? Da las gracias. ¿Te han hablado? Responde. ¿Te están hablando? Escucha. ¿Tienes algo? Compártelo. ¿No lo tienes? No envidies.
¿Tienes algo que no es tuyo? Devuélvelo. ¿Quieres que hagan algo por ti? Pídelo por favor. ¿Te has equivocado? Discúlpate. Normas sencillas que, sin lugar a dudas, le serán de gran ayuda en el día a día.
 

Suscríbete a La Industria

Disfruta de nuestro contenido a diario