Por: Sweetness KVI 97 (14 años).- Tal vez no sea la mejor manera de describirlo pero es lo que siento y que debo compartir porque me hace sentir emocionada, me encanta ver sus cabellos castaños ir a la par del viento revoloteando con la suave brisa, o verlo despertar en las tardes, de una siesta probablemente merecida luego de arduas horas de entrenamiento.
La mejor parte, es verlo mostrar sus dientes en una gran sonrisa, que eleva las comisuras de sus labios carmines, esa muestra de felicidad tan tierna, parecida a la de un conejito de cola esponjosa y travieso, esa misma que intenta esconder sus emociones, pero su mirada lo delata cuando lo embarga la preocupación, esa mirada que haría doblegarse a cualquiera que se haga llamar valiente, transmite un mar de sentimientos. Siempre intenta mostrarse feliz para no preocupar a los demás y te puede mostrar una sonrisa tan dulce que la miel queda pequeña a su lado, pero la expresión tan agotada y rota que demanda hace preocuparte mucho más. Si tu vida ya de por sí es complicada imagínate una vida rodeada de cámaras y debas fingir frente a ellas que todo va bien en el vaivén de la vida. Siempre sabe cómo afrontarlo, tiene una mente abierta y positiva a todo y a todos, si alguien está triste presta su hombro para llorar y si alguien se siente feliz comparte sus alegrías para contagiar esa felicidad porque para él amar es encontrar en la felicidad ajena tu propia felicidad.
No me voy a cansar de decir que me encanta su sonrisa que aparece aún sin motivos suficientes, esa sonrisa de dientes aperlados en cadena que decora ese delicado rostro, que a pesar de estar al otro lado de la pantalla, puedo ver e imaginarme la suavidad de su piel tersa; sigo el recorrido con mis ojos y me topo con los suyos, esos que no pueden mirar con ira porque no quitará lo hermoso de ellos, verlos no me provocan mariposas en el estómago, se me alborota el alma; sus bellos ojos avellana con tanto espíritu y viveza que demuestran todo lo que lleva dentro de sí, hasta los secretos más recónditos enterrados en el fondo de su alma que intentan esconder esos dulces orbes profundos que calan en tu corazón, y ni qué decir de su cuerpo de Adonis que reclama atención para ser admirado, ese que hace dudar a cualquier Dios de su condición divina; su rostro y cuello lechoso y su cuerpo firme y blanquecino al igual que sus brazos fuertes y fornidos que lucen un camino de venas sobresalientes; en realidad es muy frágil, lo utiliza como un escudo de barreras intraspasables a su sensible corazón, ese mismo que hace tener los sentimientos a flor de piel al oírlo dejar a sus cuerdas vocales expresarse y liberarse; ¡Infiernos!, ¿cómo no emocionarse al escuchar esa melodiosa y dulce voz? Que a veces suena apagada y rota y en otras ocasiones escuchas su felicidad fluyendo de cada poro de su cuerpo y explota lo que lleva dentro, esa voz que va acompañada de su pasión por el baile, con todos los pasos y movimientos que parecen aludir detalladamente cada suceso y camino que le ha costado recorre a sus cortos 21 septiembres; siendo el primer milagrito del mes.
Una de sus muchas virtudes que me encantan y admiro es su perseverancia y la amabilidad con la que trata a los que lo rodean, sabe apreciar a los amigos porque los valora y sabe que lo construyen como persona, porque esos amigos son como los libros que tanto disfrutas leer y se quedan grabados en el fondo de tu corazón, te hacen ver el mundo de distintas perspectivas, porque para la amistad no necesitas de muchos solo de los mejores. Y lo que le hace una persona valiosa ante mis ojos es que alberga tantas emociones y tiene lugar para cada una de ellas que no me alcanzan expresar en un lienzo de papel.
Eres el sol que ilumina la segunda llegada de mis sueños jóvenes y te seguiré admirando hasta que todas las flores del mundo se marchiten, y siempre hay flores en el mundo para quien lleva un jardín en el alma y porta una sonrisa.
