Lambayeque enfrenta un reto significativo en la salud materna y neonatal, de acuerdo con datos proporcionados por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades. En este año, hasta la semana 37, se registraron 56 decesos fetales y 87 neonatales. Lo que haría inferir que estas cifras serían parecidas a las del 2022, en el que ocurrieron 132 muertes fetales y 162 neonatales, en todo el año. Sorprendentemente, el 2019 tuvo la cifra más alta de muertes neonatales, con 189 casos. La causa principal en la mortalidad neonatal radica en la prematurez, con un 45.98 %, seguida por malformaciones congénitas letales y otros factores. En mortalidad fetal, la hipoxia intrauterina predomina con un 28.57 %.

 

En lo transcurrido de 2023, diez madres han fallecido. El 40 % pereció a causa de infecciones, el 20 % por hemorragias y otro 20 % por hipertensión gestacional.

De estos decesos, uno sucedió de forma indirecta durante el embarazo, dos directamente durante el parto, y siete en el periodo posparto. Una mirada retrospectiva muestra que desde 2019 hasta la semana 37 de este año, 114 muertes maternas han sido registradas. Desglosando las cifras por edad, 69 corresponden a mujeres adultas, 42 a jóvenes y 3 a adolescentes. De estas, 28 superaban los 35 años, 79 estaban entre 20 y 35 años, y 7 eran menores de 19. Ante ello, el médico pediatra Jhon Joo Salinas, señaló que la disponibilidad de camas para unidades de cuidados intensivos neonatales y el escaso número de incubadoras, no aumentó en los últimos cinco años, pese a un incremento en los nacimientos prematuros. “Justamente de las condiciones en las que se recibe a estos niños, sobre todo cuando son prematuros, no son las adecuadas, la disponibilidad de incubadoras en el Regional son algo de 6, según recuerdo, y 4 en UCI neonatal de Las Mercedes, desde hace 5 años”, señaló el especialista.

Finalmente, el médico señaló la necesidad e importancia de la creación de un hospital o instituto especializado en atención materno-infantil, en la región.