Estados Unidos ofreció el jueves hasta 10 millones de dólares por la captura de dos exjefes de la extinta guerrilla FARC de Colombia, Jesús Santrich e Iván Márquez, prófugos de la justicia tras retomar las armas y acusados de "narcoterrorismo" por la justicia estadounidense.
El Departamento de Estado anunció estas recompensas a cambio de cualquier información que permita arrestar y/o condenar a Santrich o Márquez, cuyos nombres legales son Seuxis Hernández Solarte y Luciano Marín Arango. Por Márquez ya ofrecía hasta cinco millones de dólares, pero duplicó la prima el jueves.
Márquez, de 64 años, y Santrich, de 53, integran la facción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que rechazó el Acuerdo de Paz de 2016 con el gobierno de Juan Manuel Santos.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, destacó la deserción de ambos del proceso de paz en Colombia y su "larga historia de participación en actividades de tráfico de drogas" y reiteró las acusaciones de que cuentan con el apoyo del gobierno del izquierdista Nicolás Maduro en Venezuela, que Washington considera una dictadura y cuya salida promueve.
Timothy Shea, jefe de la agencia antidrogas DEA, dijo que las FARC, disueltas luego de la firma de la paz en 2016, se habían asociado con las "élites venezolanas" y para financiar sus actividades con la venta de narcóticos
"La DEA y nuestros socios están comprometidos a desmantelar organizaciones narcoterroristas como las FARC y los regímenes políticos corruptos que las apoyan", dijo Shea.
Santrich y Márquez, ambos figuras destacadas de las conversaciones de paz en La Habana que desembocaron en el pacto de 2016, fueron acusados en el megaproceso revelado el 26 de marzo pasado por el Departamento de Justicia contra Maduro y 14 funcionarios y exfuncionarios venezolanos señalados de "narcoterrorismo, corrupción, narcotráfico y otros cargos criminales".
El Departamento de Estado ofreció entonces millonarias recompensas por varios de los acusados, entre ellos por Maduro (de hasta 15 millones de dólares) y por Márquez (de hasta 5 millones).
Si bien la mayoría de los rebeldes de las FARC se desarmaron en virtud del acuerdo de paz, las autoridades colombianas dicen que aún quedan unos 2.300 disidentes.
El miércoles, el ejército de Colombia dijo que seis de sus soldados murieron en un enfrentamiento con rebeldes que se apartaron del proceso de paz.