El Instituto Nacional Penitenciario (INPE), estableció una nueva estrategia de intervención en los 68 penales del país, de acuerdo al Plan de Acción Frente al Riesgo de Introducción de la covid-19.
La intervención busca tener de aliada a la población penal, en el contexto de la pandemia por el coronavirus y la necesidad que contribuya a implementar medidas de prevención e intervención temprana a los pacientes sintomáticos, asegurando que los mismos reciban atención médica oportuna, evitando llegar a las complicaciones fatales.
La estrategia consta de tres pasos, en los que se busca la participación activa de la población penal, bajo la supervisión, monitoreo y vigilancia del personal de salud de cada establecimiento penitenciario.
En el primer paso de la intervención se conforma un comité COVID-19 con los internos e integrado por un delegado, que preside, monitorea y supervisa las actividades frente a la enfermedad en su pabellón. Un coordinador de salud que realiza la ejecución de las actividades conjuntamente con el delegado general.
Como segundo paso, el personal de salud, contratado por el INPE, capacita a los internos de cada comité en temas como: conociendo el coronavirus, medidas de protección, manejo de termómetros, hábitos higiénicos (lavado de manos, limpieza y disposición de ambientes), síntomas y signos de alarma.
Una vez que algún miembro del comité COVID-19 identifique un caso con algunos de los síntomas deberá registrarlo en un formato de seguimiento, informará al personal de salud para su evaluación médica correspondiente. Además, realizará el monitoreo del paciente que retorna al pabellón tras la evaluación, asegurando el cumplimiento del tratamiento y reportando al personal de salud de presentarse persistencia de sintomatología o signos de alarma.
Como parte de la nueva estrategia de intervención y con el objetivo de contener la propagación del coronavirus, el INPE ha establecido una serie de acciones en el penal de Lurigancho que comprende la instalación de un área de triaje, radiología, electrocardiograma, una zona para atención de casos moderados y otra de recuperación, haciendo un total de más de 120 camas.
Este penal busca ser modelo de otros para mostrar cómo se puede trabajar en equipo autoridades del INPE, trabajadores penales y población penitenciaria, en la lucha contra el covid-19.