Con la renuncia de Nelson Teich, el segundo ministro de Sanidad que tira la toalla desde el inicio de la pandemia en Brasil, aumenta aún más la preocupación por la falta de un liderazgo sanitario claro en un momento en que el país bate récords en número de contagios por Covid-19. Solo este viernes se detectaron más de 15.000, lo que situaba la cifra total el sábado en 220.291, según el Instituto Johns Hopkins; mientras que el número de fallecimientos roza casi las 15.000 personas.
En el marco de esta dramática escalada en el número de contagios, tomaba el sábado posesión de la cartera de Salud, de manera interina, el general Eduardo Pazuello, un militar sin experiencia en el área hasta que el mes pasado fue nombrado como viceministro de Salud. Afrontará la responsabilidad hasta que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, nombre a un nuevo ministro de Salud, el tercero en apenas un mes.
Palazuello, como Bolsonaro, se formó como oficial y paracaidista en la Academia Militar de Agujas Negras, se especializó en comando y en políticas y estrategias aeroespaciales, según el currículum facilitado por el Ministerio a través de Twitter. Antes de asumir el cargo de viceministro de Salud, Pazuello se desempeñaba como coordinador logístico de la Operación Acogida, la iniciativa lanzada por el Gobierno brasileño para recibir y atender a los miles de venezolanos que cruzan la frontera.
Desencuentros con Bolsonaro
Nelson Teich, que asumió el cargo el 17 de abril, renunció el viernes por sus constantes desencuentros con Bolsonaro, quien quiere imponer el uso de cloroquina en todos los pacientes que presenten síntomas de Covid-19, incluso en casos leves. Los científicos no han llegado a una conclusión positiva sobre el uso de ese remedio contra la malaria, y muestran preocupación con sus fuertes efectos colaterales.
Oncólogo, sin experiencia política, Teich asumió el ministerio en lugar de Luiz Henrique Mandetta, que salió por el mismo motivo, y por aceptar la propuesta de Bolsonaro de quebrar las cuarentenas en favor de la vuelta del comercio y de la economía. A lo largo de esta crisis, Bolsonaro, que pierde popularidad, se ha destacado por hacerle poco caso a la enfermedad que está golpeando al mundo. Brasil, según las cifras oficiales, es el sexto país en número de contagios y el primero de Iberoamérica.
Sin embargo, hay quienes desconfian de estos datos. «Existe la posibilidad de que Brasil tenga dos veces más el número de casos que están apareciendo, e incluso, que un 85% de los casos no estén siendo notificados», revela con preocupación Domingos Alves, investigador del Laboratorio de Inteligencia en Salud (LIS), de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (USP), en entrevista a la Asociación de Corresponsales Extranjeros (ACE).