El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, endureció el jueves su retórica contra China afirmando que no hablará con su homólogo Xi Jinping, y amenazando con cortar los lazos bilaterales debido a la forma en que Pekín manejó la pandemia de covid-19.
La tensión entre las mayores potencias mundiales se disparó a expensas de la pandemia de coronavirus, que Trump ha calificado de "plaga china".
"Tengo una muy buena relación (con Xi), pero es sólo que ahora mismo no quiero hablar con él", dijo Trump a la cadena Fox Business, asegurando que está "muy decepcionado" por el manejo chino de la pandemia.
Consultado sobre si Estados Unidos podría tomar represalias, Trump no dio detalles pero advirtió en tono amenazante: "Hay muchas cosas que podríamos hacer. Podríamos hacer cosas. Podríamos cortar toda relación".
"Si lo hiciéramos, ¿qué podría pasar?", dijo Trump. "Ahorraríamos 500,000 millones si cortamos toda la relación".
La tensión entre Estados Unidos y China ha escalado en las últimas semanas debido a los intercambios de acusaciones sobre el origen de la pandemia del nuevo coronavirus, que se ha cobrado la vida de 300,000 personas.
Trump ha dicho que Pekín encubrió la real magnitud del brote, que se originó a fines de 2019 en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, lo que permitió su propagación.
El gobierno del gigante asiático niega esa acusación, e insiste en que transmitió toda la información disponible a la Organización Mundial de la Salud lo antes que pudo.
Trump insistió en sus acusaciones durante la entrevista con Fox. "Todo vino de China y ellos deberían haberlo frenado", manifestó.
"Es muy triste lo que ocurrió en el mundo y en nuestro país con todas esas muertes", agregó.
Acusaciones de hackeo
La pelea entre Estados Unidos y China sobre la pandemia siembra interrogantes sobre el acuerdo comercial parcial alcanzado en enero y que instauró una tregua en su guerra arancelaria.
A comienzos de semana, Trump descartó renegociar el acuerdo luego de informes de prensa que indicaron que China desea reabrir las tratativas.
Pero la guerra de palabras se cocina a fuego lento. Funcionarios estadounidenses avivan el fuego al decir que hackers chinos intentan hacerse de datos sobre tratamientos y vacunas contra el coronavirus. Además advirtieron que ese intento involucra a grupos y personas relacionadas con el gobierno chino.
Pekín rechaza los señalamientos y considera que buscan ensuciar el juego en momentos en que negó la acusación estadounidense de que el coronavirus surgió en un laboratorio de Wuhan.