Ataques de pánico, miedo a morir y pérdida de contacto con la realidad. El brote del nuevo coronavirus en Italia y las medidas de prevención y contención instauradas están generando una “epidemia de miedo” en el país, paralela a la crisis sanitaria, opinan los psicólogos.
Esta se ha manifestado por la avalancha en los supermercados, típica de una “angustia de muerte”, según la psiquiatra Rossella Candela, en Roma. “Algunos se adaptan. Otros actúan como si estuvieran bajo los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial”, explica por teléfono.
La búsqueda ansiosa de mascarillas –prácticamente agotadas en las farmacias del norte– contribuye a la psicosis. Pasado el primer movimiento de pánico, permanece una angustia permanente, regular, alimentada por la ruptura de la normalidad.
“Algunas medidas han aumentado la ansiedad: el cierre de escuelas, de iglesias... En nuestros pueblitos lombardos, nunca se había anulado una misa. Es loco, lo nunca visto”, dice Alessandra Braga, psicoterapeuta en Brescia (Lombardía, norte).
“El lunes, lo pasé en mi consulta tratando de que mis pacientes volvieran a la realidad”, contó a un medio de comunicación internacional. Como las escuelas y las oficinas están cerradas, “muchos pasan el día viendo la tele, que solo habla del coronavirus, lo que es ansiógeno. Trato de convencerles de que salgan, se aireen”, dice Braga.
Pero “es como una epidemia emotiva. La emotividad es muy difícil de gestionar”.