Un operador de cruceros estadounidense busca desesperadamente a centenares de turistas que desembarcaron la semana pasada en Camboya, luego de que una de las pasajeras diera positivo al test del nuevo coronavirus, lo que hace temer una propagación de la epidemia.
Tras haber sido rechazados por varios países asiáticos por temor al coronavirus, los 1.455 pasajeros del buque pudieron desembarcar el jueves en el puerto de Sihanukville (sur de Camboya), decisión saludada por el presidente Donald Trump, en tanto se encontraban a bordo numerosos ciudadanos estadounidenses.
Más de 1.200 pasajeros del crucero desembarcaron en los días siguientes, luego que algunos se sometieran a un rápido examen médico. El primer ministro camboyano, Hun Sen, dio la bienvenida personalmente a los primeros en descender, ironizando sobre “la enfermedad del miedo”, afirmando que no se había detectado ningún caso a bordo.
Inclusive, algunos fueron autorizados a visitar las playas de Sihanukville o la capital Phnom Penh en autobús, según imágenes publicadas por medios locales que los mostraban sonrientes y sin máscaras.
Pero, el sábado, una pasajera estadounidense de 83 años, quien había viajado a Malasia para regresar a su país, fue diagnosticada positivo por COVID-19 en Kuala Lumpur.
Al igual que ella, decenas de otros pasajeros regresaron desde Camboya a sus países de origen, lo que hace planear el temor de una propagación de la epidemia, que ya mató a casi 1.800 personas en China.
En este contexto, las autoridades camboyanas han intensificado los controles sobre las personas que aún se encuentran en el país.
“Tengo niños pequeños en casa (en Estados Unidos) y no quisiera arriesgarme a contagiarlos”, indicó Christina Kerby, quien desembarcó hace días y se encuentra en Phnom Penh.
PROHIBICIÓN DE TRÁNSITO
Todos los países de la región implementan actualmente medidas para protegerse de la epidemia.
Tailandia, que se había negado a que el “Westerdam” atracara en el país, prevé prohibir la entrada a su territorio a los pasajeros del crucero, aunque algunos de ellos ya han estado en el reino.
Singapur, por su parte, puso en cuarentena a dos de sus ciudadanos que se encontraban a bordo del buque. La ciudad-Estado anunció que no autorizará a “ningún otro pasajero del crucero entrar o transitar”.
Los pasajeros del “Westerdam” se embarcaron el 1 de febrero en Hong Kong, donde ha muerto una persona y 60 han resultado infectadas. Posteriormente continuaron viaje hacia Japón.