Barcelona, la segunda ciudad más importante de España, prohibió a partir de ayer la circulación de los vehículos más contaminantes durante la mayor parte de la jornada, una medida destinada a reducir las emisiones más elevadas.
Los propietarios de estos vehículos muy contaminantes pueden pedir una exención de diez días al año.
Los propietarios de vehículos extranjeros deben solicitar una autorización a la Alcaldía para circular, bajo pena de “multa de al menos 100 euros”, advierte la ciudad del noreste de España.
A partir de 2021, las camionetas, camiones y autobuses más contaminantes estarán bajo la misma restricción.
Según el ayuntamiento, la prohibición afectará a 50 mil vehículos por día y permitirá reducir las emisiones de dióxido de nitrógeno en 15%.
Por su parte, Madrid permite desde hace un año circular por su centro histórico solamente a residentes y vehículos no contaminantes (híbridos, eléctricos) de no residentes. Este dispositivo es mucho más restrictivo que el de Barcelona pero se aplica en una zona más reducida.
La alcaldesa de Barcelona evocó en julio la posibilidad de cobrar peaje para entrar a la ciudad, como ya se hace en otras urbes europeas como Londres, Estocolmo o Milán.
La segunda ciudad de España sobrepasa desde 2002 el nivel de partículas contaminantes establecido por la Organización Mundial de la Salud y el de dióxido de carbono fijado por Bruselas, según el último informe de la municipalidad sobre el asunto en 2017.