La oleada de ataques antisemitas que vive Nueva York ha vivido este fin de semana un nuevo episodio con el apuñalamiento de cinco judíos ultraortdoxos en Monsey, un suburbio al Norte de la principal ciudad de EE.UU.
El sospechoso del ataque es un hombre de 38 años, Grafton Thomas, de Greenwood Lake, a media hora en coche de Monsey. Según las autoridades, irrumpió en el hogar con un cuchillo de gran calibre –“tenía el tamaño de un palo de escoba”, aseguró a “The New York Times” Aron Kohn, que se encontraba entre los participantes de la celebracion– y atacó a quien se le puso por delante. Hirió a cinco personas y dos de ellas seguían ayer por la mañana hospitalizadas, una en estado crítico y con fractura craneal.
Según Kohn, Thomas trató de entrar después en la sinagoga de Rottenberg, la congregación Netzach Yisroel, pero los feligreses fueron alertados y cerraron las puertas. El sospechoso huyó con su coche de la escena y fue detenido esa misma noche ya en la ciudad de Nueva York, en el barrio de Harlem. Según los agentes que le detuvieron, Thomas iba “cubierto de sangre”. Ayer compareció ante el juez y se le acusa de cinco delitos de intento de asesinato, además de robo. Thomas no tiene antecedentes criminales y todo apunta a que actuó solo.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, calificó el suceso de “acto de terrorismo doméstico” y lo encuadró dentro de una oleada de ataques antisemitas en el estado, donde se han registrado al menos trece incidentes –agresiones físicas, insultos– en las últimas tres semanas.