El Paía (Uruguay).– Libia está al borde de un baño de sangre. Ayer domingo siguieron los combates iniciados el jueves a las afueras de Tripoli entre las tropas del mariscal rebelde Jalifa Haftar, que aspira a tomar la capital, y las fuerzas del Gobierno de Unidad Nacional (GNA) de Fayez al Sarraj.
La ofensiva, que ya dejó al menos 21 muertos e incluyó el bombardeo de barrios al sur de la capital, no se detuvo ni siquiera ante el pedido de la ONU de una tregua humanitaria de dos horas para evacuar a heridos y civiles.
País rico en petróleo, Libia está sumida en el caos desde la caída de Muamar Gadafi en 2011, pero esta ofensiva de Haftar marca una escalada importante en el conflicto. Haftar controla el este del país que se opone al GNA instalado en Trípoli y reconocido por la comunidad internacional.
Ayer los combates se daban en el perímetro del antiguo aeropuerto de Trípoli, a unos 30 km de la ciudad.
El Ejército Nacional Libio (ENL) de Haftar realizó ayer domingo el primer bombardeo aéreo en el sur de la capital, mientras que las fuerzas leales al GNA lanzaron su primer ataque aéreo.
El portavoz de las fuerzas del GNA, el coronel Mohamad Gnunu, proclamó una “contraofensiva”. Esta operación fue bautizada “La ira del volcán” o “Volcán de rabia”.
Ante la intensificación de los combates, la Media Luna Roja libia advirtió que le era imposible acceder a las familias bloqueadas por los enfrentamientos.
En un discurso el sábado, el jefe del GNA, Fayez al Sarraj, advirtió contra la posibilidad de una “guerra sin ganadores” en Libia. Al parecer, el mariscal Haftar pensaba en una victoria rápida, tras establecer alianzas con facciones de la Tripolitana (región oeste) y creyendo que los grupos armados pro-GNA iban a caer rápidamente.
El ENL se habría visto sorprendido por la movilización de fuerzas que le son más o menos hostiles, como las poderosas milicias de Misrata (200 km al este de Trípoli), que lograron expulsar en 2016 al Estado Islámico en Sirte.
Esta nueva escalada se produce antes de una Conferencia Nacional auspiciada por la ONU prevista a mediados de abril en Gadamés, en el suroeste del país, para esbozar una hoja de ruta para sacar al país del caos, con elecciones incluidas. El enviado de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, dijo el sábado que la conferencia se mantiene, en la fecha prevista, del 14 al 16 de abril, “salvo que lo impidan circunstancias de fuerza mayor”.