En 2019 Venezuela se mantiene como uno de los países con mayor número de muertes violentas en la región y en el mundo con un saldo estimado de 16.505 homicidios que representan una tasa de 60,3 muertes violentas por cada cien mil habitantes. De todas ellas, más de 5.000 se han perpetrado a manos de las autoridades venezolanas. En conversación con ABC, el director ejecutivo del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), Roberto Briceño León, aseguró que la disminución de cifras no representa una mejoría de la crisis social, sino todo lo contrario, “el empeoramiento de las condiciones de vida y de la crisis humanitaria compleja que atraviesa el país”.
Los suicidios también han ido en aumento en los últimos cuatro años. Pese a la censura oficial, el OVV ha estimado que la tasa de suicidios oscila entre 9 y 10 casos por cada 100.000 habitantes, lo que representa un incremento del 140-170% desde 2015 a 2018. En términos generales se ha reducido la cifra de muertes violentas, pero el saldo de Venezuela está “muy por encima de cualquier de los otros países considerados violentos en América Latina”.
Menos “oportunidades”
Este es el tercer año de disminución sostenida de muertes violentas. En 2018 Briceño León había anunciado que se produjeron unos 23.047 asesinatos en Venezuela, por lo que el país cerró ese año como el más violento de América Latina. Aunque el año pasado registró una reducción de 2.000 homicidios con respecto a 2017, la cifra todavía estaba entre las más altas de la región, al situar la tasa nacional de 81 homicidios por cada 100.000 habitantes, “prácticamente el doble de lo que se esperaba en Honduras”.
En 2019, comparando con otros países de la región, Venezuela encabeza la lista de muertes violentas con una tasa de 60 homicidios por cada 100.000 habitantes. Le siguen El Salvador con 48, Jamaica con 47, Honduras con 42, Colombia con 25, México con 22 y Brasil con 19.
El informe también detalla las causas de la disminución de las muertes violentas. En primer lugar se debe a la destrucción de la actividad económica, la quiebra y cierre de empresas y el empobrecimiento del país, la emigración masiva y la falta de dinero. En vez de atracar a la gente, los delincuentes prefieren otras actividades más lucrativas como el tráfico de drogas, minerales y oro, contrabando de gasolina o la extorsión de las empresas.
Por otra parte, los delincuentes venezolanos han emigrado hacia otros países. La falta de servicios públicos y de dinero ha restringido el entretenimiento de la gente. Después de las siete de la noche las calles están solitarias por la inseguridad. “La inmensa letalidad policial se ha convertido en un factor relevante en la reproducción de la violencia en el país. Las muertes provocadas por los policías se mantienen en niveles extremadamente altos, registrándose en 2019 un promedio de 14,5 personas muertas cada día del año a manos de los cuerpos de seguridad”, añade el informe.