La Policía y la Guardia Nacional bolivariana disolvieron la protesta de ayer celebrada en Caracas con violencia, utilizando gas pimienta y golpeando a las mujeres que se manifestaban por la falta de alimentos, agua, luz y la bajada de salarios, mientras el gremio de enfermeras se preparaba para declarar un paro indefinido.
La intención de los manifestantes era protestar contra el colapso de los servicios públicos, que tienen a los venezolanos sin agua, luz, transporte o gasolina. Además, escasean los alimentos y las medicinas, y la inflación del 24.000% se traga el salario mínimo de 5 dólares, que no alcanza para nada.
Pedro Castro, un pensionista de 70 años, afirmaba que solo saliendo a la calle “se podrá presionar para que Maduro se vaya”. A su lado, Jesús Jaramillo, otro pensionista, explicaba que “nos estamos muriendo, la pensión de 5 dólares solo alcanza para comer un solo día”.
Una manifestante, llamada Dilcia Silvia, de unos 30 años, se enfrentó a la Policía, que respondió con agresiones y patadas.
Cerca de la Cruz Roja, la presidenta del Colegio de Enfermeras de Caracas, Ana Rosario Contreras, tomaba el pulso de la protesta opositora, después de hacer un balance exitoso del primer paro convocado la semana pasada, donde hubo una paralización del 80%.