El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó este domingo que si Evo Morales decide solicitar asilo tras su renuncia a la Presidencia de Bolivia, se le otorgará en la Embajada de México en la ciudad de la Paz, donde ya ha recibido a 20 personalidades del Ejecutivo y Legislativo de aquel país.
Previamente, Ebrard había señalado que en los acontecimientos que se viven en Bolivia existe “una operación militar en curso”, que el Gobierno de su país rechaza al tiempo que dijo: “golpe no”.
Poco antes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, había reconocido la actitud de Morales al renunciar y no exponer a sus conciudadanos a la violencia. “Reconocemos la actitud responsable del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien prefirió renunciar a exponer a su pueblo a la violencia”, apuntó López Obrador en su mensaje.
Horas antes, López Obrador, había celebrado la decisión de Morales de convocar nuevas elecciones, decisión que calificó como un triunfo de la democracia.
Este domingo, Morales anunció su renuncia en una comparecencia televisiva durante la cual lamentó un «golpe cívico» y que la Policía se hubiera replegado a sus cuarteles en los últimos días.
Morales reiteró sus acusaciones contra el expresidente boliviano Carlos Mesa (2003-2005) y el opositor Luis Fernando Camacho de instar un golpe de Estado para obligarlo a abandonar el poder y les pidió que “no maltraten” a los bolivianos y les “dejen de patear”.
“No queremos enfrentamientos”, dijo Morales, a la vez que confirmó su renuncia para propiciar la “pacificación de Bolivia y que vuelva la paz social”.