El canje de presos pactado el pasado 9 de diciembre en París entre los presidentes ruso y ucraniano, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, durante la cumbre del Cuarteto de Normandía (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania), tuvo lugar el domingo, aunque no en su totalidad. Kiev entregó a las autoridades de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk 124 prisioneros mientras los sublevados devolvieron a Ucrania 76 personas.
La exigencia de poner en libertad a los agentes del grupo “Bérkut” para ser enviados a Rusia fue planteada por Moscú, pero ha provocado protestas en Kiev entre activistas ultranacionalistas ucranianos. Primero se congregaron ante el juzgado que retiró todos los cargos contra ellos y ordenó su liberación y después intentaron bloquear la salida de estos de los centros de detención en donde han estado confinados. Entre los intercambiados hay también combatientes de ambos bandos, policías, activistas y hasta periodistas. Pero, según declaraciones del director de cine ucraniano, Oleg Sentsov, “hay todavía muchos en la cárcel” y citó en particular a dirigentes del movimiento tártaro.