La violencia social escaló en Bolivia, con la muerte de dos personas por armas de fuego y más de cien heridos en más de una semana de choques entre oficialistas y opositores tras la cuestionada reelección del presidente Evo Morales, mientras la OEA se dispone a iniciar una auditoría electoral este jueves.
Romero culpó de los hechos al candidato presidencial opositor, Carlos Mesa, y a la dirigencia del antigubernamental Comité Cívico de Santa Cruz, que rechazan el resultado de las elecciones del domingo 20 de octubre, al que consideran fraudulento, y piden la anulación de los comicios.
“Lo que está sucediendo en Santa Cruz, en Cochabamba (centro), la situación es gravísima”, señaló el ministro, en referencia a los choques callejeros diarios en las dos ciudades entre opositores y leales a Evo Morales, de 60 años y en el poder desde 2006.
“Estos muertos del pueblo lo responsabilizamos a la dirigencia cívica y al señor Carlos Mesa, porque hemos venido diciendo insistentemente que estaban queriendo muertos; muy bien, hoy día lograron sus muertos y esto lo vamos a denunciar ante los organismos internacionales”, añadió.
Los resultados electorales activaron más de una semana de violentos enfrentamientos y disturbio en Bolivia que dejan 139 heridos, informó la estatal Defensora del Pueblo, Nadia Cruz.
Además de Santa Cruz y Cochabamba, las protestas también se producen desde la semana pasada en La Paz, Sucre (sureste) y Potosí (suroeste), por opositores que rechazan el conteo oficial de votos.
BaJO LA LUPA
La violencia le antecede a una auditoría electoral que debe comenzar este jueves en Bolivia.
El secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, confirmó que el equipo técnico “presentará resultados en 10 a 12 días”, sobre un trabajo integral de los comicios bolivianos del domingo 20 de este mes.
Según el informe previo de Almagro, unos 30 técnicos realizarán una revisión sobre cuatro aspectos que considera vitales: verificación de cómputos (actas y papeletas), verificación del proceso informático, el componente estadístico y las proyecciones, y la cadena de custodia de la votación.
El trabajo de recuento de votos realizado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se encuentra en el ojo de la tormenta, al haber utilizado dos sistemas tecnológicos que causaron sospechas por haber mostrado –según dicen críticos y opositores– contradicciones.
El primero es el denominado TREP, de conteo rápido, que avizoraba una segunda vuelta entre Morales y Mesa, y el segundo, de cómputo general oficial definitivo, que dio a Morales como ganador en primera vuelta con el 47,08 votos, frente a Mesa con el 36,51%.