Internacional
Publicado el Miercoles, 30 de Octubre del 2019

Triunfo del peronismo blinda a Cristina Kirchner en Argentina

Justicia investiga a Cristina por 13 causas por corrupción.

 Argentina inició este lunes la transición entre Mauricio Macri y Alberto Fernández con sensaciones contrapuestas: la esperanza que despertó la civilizada reunión, foto incluida, entre el presidente en ejercicio y el electo, y la creciente posibilidad de que la renovada fuerza política de Cristina Kirchner haga claudicar a la justicia, que la investiga en 13 causas por corrupción.

En poco más de doce horas se sucedieron imágenes de enorme importancia: el moderado discurso de Macri aceptando la derrota en las elecciones presidenciales del domingo (48 a 40%), su invitación a Fernández a desayunar en la Casa Rosada, la aceptación de Fernández y una reunión de una hora hoy en la que se los vio sonrientes. Según fuentes de ambas formaciones políticas, el encuentro se desarrolló sin recriminaciones y con el ánimo de colaborar para llegar de la mejor manera al traspaso de mando del 10 de diciembre.

Hasta José Luis Rodríguez Zapatero fue feliz: en un viaje relámpago a la Argentina para asistir a las elecciones celebró el triunfo del peronismo, señaló a Fernández como “líder de la unidad latinoamericana” y criticó a Felipe González por el modo en que encara su relación con la región.

Argentina, un país con alto déficit cuando de diálogo político se trata, no tiene institucionalizada la relación entre presidente saliente y entrante. Si en Alemania los candidatos se reúnen a debatir en la misma noche de las elecciones y en Chile a desayunar a la mañana siguiente, el antecedente más cercano es el de Cristina Kirchner en 2015, cuando Macri ganó las elecciones: la entonces presidenta tardó días en recibirlo, se negó a entregarle el simbólico bastón de mando y no participó en la ceremonia de traspaso de poderes.

 

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