Internacional
Publicado el Miercoles, 23 de Octubre del 2019

Estrategia de la OEA pone contra las cuerdas a Evo

El desacuerdo entre la oposición sobre cómo actuar ha llevado al triunfo de Evo Morales en esta primera vuelta.

 Evo Morales ha quedado confrontado, a la vista de la comunidad internacional, ante su aparente intención de seguir de manera ilegítima al frente de Bolivia. La paralización en el suministro de los resultados de las elecciones presidenciales de este domingo, congelados al menos durante gran parte del lunes en el 83,85% del escrutinio, cuando daban a Morales el 45,2% de los votos y a su directo contrincante, Carlos Mesa, el 38,1%, obligando así a una segunda vuelta, muestra que al líder del Movimiento al Socialismo (MAS) se le han torcido las cosas (la ley electoral establece que para ganar hay que obtener el 50% de los votos, a bien por encima del 40% si se saca una ventaja de más de diez puntos al segundo en liza).

La insuficiente victoria de Morales y la clara posibilidad de su derrota en una segunda cita, que debería tener lugar en diciembre, vienen a dar la razón –de momento– a la controvertida estrategia defendida por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, frente a la inconstitucional postulación del dirigente boliviano.

Precisamente la OEA expresó su preocupación cuando el Tribunal Supremo Electoral paralizó el domingo por la noche la transmisión de los resultados. Morales aseguró entonces contar con mayoría absoluta, mostrándose seguro de que el voto rural, supuestamente aún por contar, le iba a dar el triunfo completo sin necesidad de balotaje, a pesar de que tanto los resultados provisionales como la encuesta a pie de urna realizada confirmaban la necesidad de segunda vuelta.

 

CONTRA LA CONSTITUCIÓN Y EL REFERÉNDUM

Meses atrás Almagro recibió duras críticas de un sector de la opinión pública latinoamericana por no cuestionar la nueva candidatura de Morales a la presidencia de Bolivia, a pesar de que esa postulación está fuera de la Constitución que el propio Morales impulsó en 2009.

El Tribunal Constitucional del país, afín a Morales, determinó que presentarse a una reelección es un derecho humano que no se le puede negar a nadie, a pesar de que lo niegan las legislaciones de muchos países, especialmente defensores de los derechos humanos.

Si, como sería lógico por los resultados de la primera vuelta, Morales tiene que dejar el poder tras catorce años en él, la arriesgada jugada habrá dado su resultado, pero si el pueblo boliviano acaba aceptando el fraude electoral –bien en las elecciones de este domingo, bien en la segunda vuelta–, entonces el fracaso de la estrategia será estrepitoso.

Suscríbete a La Industria

Disfruta de nuestro contenido a diario