El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ha instado este viernes a los dirigentes indígenas a dialogar “directamente” con él en el marco de la crisis política que vive el país desatada por la ola de protestas contra la reforma económica.
“Pongamos en nuestras manos la solución de las diferencias el país debe recuperar la calma. Que el país sepa que tenemos la voluntad del diálogo. Aquí está la mía”, ha recalcado.
Asimismo, el mandatario ecuatoriano ha destacado la necesidad de “frenar la violencia”. “Hay que encontrar soluciones para los temas del país y sobre todo del campo”, ha añadido.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) ha respondido a Moreno en un comunicado señalando que “se dispone al diálogo cuando se derogue el Decreto 883”, haciendo referencia al decreto ejecutivo que eliminó el subsidio a los combustibles.
La CONAIE ha calificado de “exitosa” la movilización que se está llevando a cabo desde hace nueve días y ha subrayado que hace dos años plantearon un diálogo que nunca tuvo respuesta del Gobierno.
“El diálogo que promulga (el Gobierno) carece de credibilidad. En este escenario la lucha social, encabezada por el movimiento indígena, el cual integra las demandas de la clase trabajadora, de estudiantes, campesinos, indígenas y los sectores empobrecidos del país, le pertenece al pueblo”, ha manifestado el comunicado.
El origen de las protestas es la reforma económica anunciada por Moreno el pasado 1 de octubre fruto del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional para conseguir una inyección de 4.200 millones de dólares para el país.
Los disturbios estallaron dos días después con enfrentamientos entre policías y militares y saqueos, lo que llevó a Moreno a declarar el estado de excepción, que en un principio debía estar vigente 60 días pero el Tribunal Constitucional lo redujo a 30.
Al menos cinco personas han muerto, según la Defensoría del Pueblo --aunque Gobierno e indígenas no están de acuerdo con este dato--, decenas han resultado heridas y cientos han sido detenidas, incluidos extranjeros, entre ellos numerosos venezolanos.
Moreno ha acusado directamente a su antecesor y otrora aliado, Rafael Correa, y a sus socios, incluido el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, de orquestar las protestas en un “golpe de Estado”. Ambos lo han negado